¿Me seguirías amando?

Capítulo 4

Miedo, eso es lo que sentía Niel en estos momentos, miedo creciendo en su interior, con cada segundo que pasaba, con cada paso que daba el miedo solo se incrementaba más.

Podía sentir como el miedo en su interior se mezclaba con la ansiedad, deficultandole realizar tareas simples y básicas a su cuerpo como respirar o mantenerse de pie, en más de una ocasión tuvo que disminuir la velocidad de sus pasos para tratar de recobrar el aire y evitar que sus piernas flaquearan y terminará cayendo en medio de ese mediano pasillo universitario transitado por una prudente cantidad de personas, pero que en ese momento a Nathaniel le parecía de un tamaño infinito y con una cantidad exagerada de personas con los ojos puestos en él.

Nathaniel siempre había sido algo tímido y con el paso del tiempo y los desafortunados eventos de su vida, su timidez y miedo a las personas fuera de su circulo intimo, lo habían llevado a desarrollar una ansiedad social que le era difícil de controlar cuando no se encontraba cerca de Pierre. Su novio se había convertido en un constante refugio que lo protegía de cualquier cosa, cuando estaba junto a él el miedo parecía no afectarle y la ansiedad parecia un simple mito, al lado de Pierre, Niel podía hallar tranquilidad, paz, protección y sobre todo amor, sentía que podía hacer cualquier cosa mientras él estuviera a su lado.

Lamentablemente toda la valentía y fuerza en su interior desaparecían cuando Niel se encontraba solo y afrontando situaciones nuevas, y esa era exactamente la situación de Nathaniel en estos momentos. Era su primer día de clases ahora que había vuelto y debía integrarse a una nueva universidad llena de gente desconocida, definitivamente no era una idea muy atractiva para Niel.

Al principio pensó que sería más fácil adaptarse a un nuevo lugar, pensó que después de tanto tiempo su ansiedad social sería más fácil de controlar pero al momento de entrar en el edificio se dio cuenta de que estaba muy equivocado, podía sentir como la miradas de todos se encontraban en él provocándole ganas de correr y devolver todo lo que había desayunado.

Trato de calmarse y pensar en las palabras de Pierre: "No pienses en esto solamente como una nueva universidad o tener que lidiar con nuevos desconocidos,  miralo de este modo bebé, es una nueva oportunidad para ti." Aquella mañana su novio había notado su nerviosismo mal disimulado por su ingreso a clases y trató de calmar sus nervios con estas palabras.

Pero Nathaniel no buscaba nuevas oportunidades, estaba bien como estaba, extrañaba ir a la universidad con Lizzi y Tadeo, sin tener la necesidad de hablar con nadie más, extrañaba las clases del amable y paciente señor Garnier, realmente extrañaba su antigua universidad donde pasaba desapercibido.

Como pudo llegó a su aula, que gracias al cielo le fue fácil encontrar solo siguiendo las indicaciones que había recibido en la secretaría de la facultad, porque por supuesto que no se acercaría a nadie más para pedir indicaciones. Aún era algo temprano para su clase por lo que su salón se encontraba casi vacío, a excepción de unas cuantas personas que se encontraban ubicadas en diferentes lugares del salón conversando entre sí.

Entro tratando de pasar totalmente desapercibido, sin apartar la vista de su objetivo se dirigió directamente hacia las primeras filas de asientos y se ubicó casi en el medio de estas. Eran los mejores asientos si lo que buscabas era gozar de una buena vista de la tarima.

Se acomodó en su asiento y sintio como su respiración se regulaba y la ansiedad disminuía, sin embargo no fue del todo, dejando como prueba de ello un pequeño tic en su pierna izquierda, decidió distraerse un poco mientras esperaba la llegada del profesor, necesitaba mantener su mente lo suficientemente ocupada para evitar pensar en su situación actual.

Sin pensarlo demasiado saco un cuaderno de su mochila y se dedico a dibujar cualquier cosa que se le viniera a la mente. Después de unos minutos su mente dejó de prestarle a atencion a los garabatos de su cuaderno e inevitablemente pensó en la segunda razón por la cual se encontraba tan nervioso aquella mañana, Pierre, así es, el novio que normalmente seria el que lo tranquilizaria en situaciones así ahora era el motivo de su inquietud.