Don't you tell me what you think that i can be

313 31 1
                                    

Otro día, faltaba poco para regresar al trabajo.

Tord estaba dormido aún, lo miré, sonreí al escuchar que realmente estaba viendo su celular.

— ¿No es algo temprano como para que el gran líder Rojo este viendo su celular? —

— Buenos días también para ti cariño. — Bromeó para dejar su celular y voltear a verme, abrazandome mientras se acurrucaba en mi pecho. — ¿Algo en especial para hoy?. —

— Comerte a besos mientras pueda — Acaricie sus mejillas con mis pulgares mientras veía su rostro, seguía con esa sonrisa tranquila y cariñosa a la vez, seguíamos acostados sin saber qué hacer, pero teníamos en claro que sólo queríamos estar nosotros dos sin tener que saber algo de la armada o ser interrumpidos por otros temas o personas.

Sonreiamos, como si no hubiera guerra o algo que nos pudiera quitar la felicidad de un momento a otro, empezó a sonar el celular otra vez.

— ¿Trabajo?

— Trabajo, trabajo y más trabajo...

— ¿Y si nos escapamos?

— ¿A donde?

— Mientras este contigo no me importa a donde nos escaparamos

Se sonrojó, pero nos besamos cortamente, nos miramos unos segundos, realmente no queríamos sólo besos, el deseo era mutuo en esos momentos.

El choque de nuestros labios de volvió más constante, hasta que terminamos saboreando nuestros labios a través de un beso apasionante pero con gran afecto, me senté encima de él posando mis brazos en su pecho, acariciando lentamente mientras él ya estaba acariciando mi espalda, suspiraba un poco, nos separamos y volvimos a lo mismo, está vez el beso era con deseo, un apasionante deseo que teníamos desde hace tiempo.

Acariciaba mi cuerpo desde el pecho hasta mis piernas, está vez ya nos íbamos quitando las prendas que nos empezaban a estorbar, sentía un pequeño bulto abajo de mi, volví a besarlo.

Después de unos minutos ya estábamos sin ninguna prenda, estaba acostado boca arriba, teniéndolo encima de mi, empezó a penetrarme, dolía.

— ¿S-Seguro que quieres que siga?~...

— Ah~... Si, sigue...~

Siguió penetrando hasta que terminó, mientras esperaba a acostumbrarme a tenerlo dentro jadeaba y gemia un poco, ahogando esos sonidos en la palma de mi mano, volví a mirarlo, conectamos nuestras miradas y volvimos a besarnos, con necesidad, como si necesitaramos sentir ese choque de nuestros labios para no morir, pero seguíamos sin querer separarnos; empecé a moverme, dándole a entender que empezará.

Se movía rápido, pero no lo hacía con fuerza.

— Ah~ Ah~ ngh~ T-Tord~ ngah~ — gemia, no podía parar, la velocidad y la fuerza con la que lo hacía empezaban  a aumentar, causandome gran placer, no quería que parara.

Pasaron alrededor de unos minutos para que ya embistiera rápidamente y con fuerza, sintiendo un inmenso placer sin llegar a ahogar mis gemidos, aveces besandolo hasta sentir que me quedaba sin aire, aún así no quería que parara, hasta que sentí como se corría dentro, era tan cálido, gemi una última vez sonoramente, salió de mi para después acostarse junto a mi y decirme "Te amo", nos abrazamos antes de caer dormidos nuevamente.

—————————————————————————————  Tiempo después  ————
—————————————————————

Me desperté en la tarde, vi a todos lados, Tord no estaba, pero el aroma a comida recién hecha se hizo presente, me vestí como pude y salí a la cocina; estaba Tord cocinando la comida hasta que noto mi presencia.

— Hola amor, deberías estar en cama... 

— Tranquilo, sólo duele un poco jeje

Lo abracé por detrás mientras olía su cuello, tenía un aroma que pareciese que me embriagaba, pero a la vez me era tranquilizante, dio una leve risita y después me fui a sentar al comedor.

— Por cierto Tom... Pronto tendré que ir a una misión... Más bien una guerra pero... Va a ser en el mar.

— ... ¿Cuándo?

— Unos días después de que volvamos a la armada...

— ...

Suspiré, otra guerra, otra posibilidad de muerte para los soldados y para él, miré el suelo.

— Entiendo que no quieres que vaya... Pero esta vez no dejaré que vayas tu.

— ... ¿Otra vez?, ya van varias veces que no me dejas pelear como debería, sabes que te protejo y no por negocios, si no por qué te amo.

— ... Yo también te quiero proteger.

— No puedes protegerme mientras tu te vas y me dejas sólo en la armada cuidando a los pocos que también no irán, déjame ir ... Por favor Tord...

Suspiró, dejó la comida enfrente de mi y se quedó a un lado de mi para después darme un beso en la frente, seguía viendo el piso, sabía que eso era un no, pero trataré de hacer lo posible para poder ir a esa misión.


Believer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora