OO1; ᴡᴀʏs ᴛᴏ ᴀᴠᴏɪᴅ ᴛʜᴇ sᴜɴ

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'I want to forget you and live correctly.
I want to live normally.'






































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Mañana normal en Seúl, un acogedor departamento en los últimos pisos del edificio, suave olor a café y panqueques. Un chico apuesto de músculos notorios sentado en el comedor mirando las notificaciones en su teléfono celular mientras que una mujer preparaba su desayuno. Ya tenía su taza de café a medio tomar y en menos de dos minutos, tenía igual sus panqueques. Aquella mujer se sentó delante suyo con una sonrisa llena de satisfacción al tener la atención del pelinegro en ella, felicitando el buen sabor de todo.

Pasarían los años y siempre se sentiría halagada al ver que el pelinegro disfrutaba su comida.

Ninguno de los dos se preocupaba por andar con mucha ropa por su hogar, ya estaban acostumbrados y tampoco era como si no le gustara a ambos mostrar sus pieles.

Pálidas.

La mujer no llevaba más que su ropa interior de encaje blanco ligeramente transparente pero para ser un poco más prudente, llevaba encima una bata del mismo color de tela satinada pero sin abrochar. Sólo así dejaba ver su cuerpo tan escultural.

El chico llevaba su ropa interior y pantalones de pijama dejando ver su torso bien trabajado y aquél adorable lunar a un lado de su ombligo.

Ambos bañaron sus panqueques en miel de maple y disfrutaron hablando de cosas triviales como el cómo les fue en el día anterior, tanto en el trabajo como en la escuela. Al terminar de comer y al ser sábado por la mañana, decidieron ver una película de la cual el chico se encargó de escoger mientras que la mujer lavaba todos los platos sin problemas.

—¿Te importaría ver 'Hércules'?

—¿Porque te pareces a él?

—Porque tú te pareces a Megara.

Ambos rieron suavemente y se acomodaron libremente en el sofá, cubriéndose con una simple frazada alrededor de sus hombros. La castaña bajo el brazo musculoso del pelinegro que llegaba a su cintura, pues estaba recostada sobre las piernas musculosas del otro cubierta con la frazada.

Estaban extrañamente cómodos.

Y ver aquella película parecía tarea difícil para el pelinegro, tal vez en otra posición donde nada sensible pudiera ser tocado.

—¡Eso es tonto! ¡Megara es muy desagradable, no me gusta!

Dijo la castaña sentándose de forma brusca en el sofá tras ver una escena a su parecer, muy grosera por parte suya. El pelinegro rió aliviado.

—No puede ser muy linda con él, Hades está ahí.

—¡Aunque sea le hubiera dado un besito en la mejilla!

—Si se trata de un beso lleno de saliva como los que me das, no prefiero esa trama.

Dijo el pelinegro con una sonrisa de burla, la mujer le dio un golpe en un pectoral y se acercó a dar besos en sus mejillas llenos de saliva, exactamente por los que el chico se quejó.

Ella dejó un beso en la comisura de sus labios.

—¿Sabes que es aún peor que tus besos húmedos en las mejillas? Que te atrevas a darme un beso tan cerca de los labios y no avances más.

ʀᴇᴅ ᴄᴀʀᴘᴇᴛ ¡! ᴍᴏɴsᴛᴀ x ᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora