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'Why did I become a lyricist?
Making myself talk about you.'
KiHyun era un cantante, no uno famoso de renombre que podía dar conciertos o cobrar de forma exagerada por una presentación, él sólo trabajaba los viernes en las noches en algún bar o restaurante lujoso. Era conocido en la zona y entre los músicos de Jazz más solicitados de los bares más pudientes, era agradable trabajar con KiHyun porque hacía sonar cualquier pieza musical como una obra de arte.
De ojos afilados, retadores y seductores pero con un color tan deprimente que podías sentir lo triste que estaba en el fondo, vacío, solo. Era guapo y agradable pero no había nadie a su lado, no porque fuera tanto como para haber rechazado a todos, sino porque ni siquiera alguien se acercaba, desconocía el por qué.
No tenía amigos, padres siquiera, algún hermano o hermana, mucho menos pareja, estaba realmente solo y sus noches eran frías.Había hallado refugio en la música, descubrió su talento tras halagos y decidió aprovecharlo para mantenerse ocupado, para sentirse mejor, era reconfortante cantar a la par de las notas musicales y ver que a la gente le encantaba su voz con las propinas que le daban también.
Uno de esos tantos viernes tan repetitivos, se colocó su traje más costoso pues iría a cantar a un bar al centro del antiguo Seúl, uno de los más exclusivos, lo que era bueno porque tal vez se haría más reconocido pero eso no le interesaba en realidad. Peinó su cabello castaño y se colocó un pequeño tocado de color negro entre sus cabellos con una redecilla para cubrir la mitad de su rostro un poco. Era fácil ver el encanto que tenía con un sólo suspiro que diera, sus labios rojos naturales eran una completa perdición. Colocó un pañuelo rojo en el bolsillo del pecho de su traje y un moño alrededor del cuello de su camisa para dejarlo reposar justo al centro como debería.
Tomó su reloj dorado para ponerlo alrededor de su muñeca y salió de su hogar para pararse en la calle y pedir un taxi que le llevara hasta aquel establecimiento pues quedaba algo lejos y no estaba tan posicionado para poder comprar su propio auto, a penas podía pagar la renta y darse un par de lujos.
Tenía más trabajos fuera del cantar, de lunes a miércoles trabajaba en una florería ayudando a la anciana que le cobraba el alquiler para tener más mérito y ella era generosa, no podía quejarse por ello; de jueves a sábado trabajaba con su vecina costurera la cual era viuda y tenía un hijo al que ayudaba a cuidar también por lo que la paga era generosa también, KiHyun no podía quejarse por el dinero y tenía una buena reputación con todos, siempre era amable, caballeroso y considerado y la gente se sentía tan mal por no verle contento de todas maneras.Alguna vez sus empleadoras y conocidas cercanas le preguntaron por qué siempre se veía tan decaído y no era necesario responder después de escuchar su llanto en su soledad mientras quitaba las espinas de las rosas o terminaba de coser alguna falda. Terminando con puntos de sangre en sus dedos por el descuido de no poder ver por las lágrimas de sus ojos que le hacían la vista borrosa, ni siquiera sentía cuando se encajaba una espina o la aguja.
Ese viernes, llegó al sitio con una mirada seria dando su identificación para pasar al escenario, llegó sólo 10 minutos antes por lo que los demás músicos ya estaban ahí también, se acercó a saludar a algunos conocidos y para hacerlo un estelar por su bonita apariencia de esa noche, pudo decidir sus primeros números, que aprovechó pidiendo un guitarrista y al pianista para comenzar, tenía una canción perfecta en mente pero la letra no era algo con lo que pudiera relacionarse si trataba sobre sentimientos que no conocía aún.