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'Oh the more that I try to convince that this won't work.
The faster she takes off her clothes.'.
El olimpo, el olimpo lejos de ser algo que la gente creía ser tan pacífico, sereno e irreal, era siempre una disputa llena de desgracias.
Mientras que el dios de dioses iba de piernas en piernas, diosas se peleaban por envidia, dioses se peleaban por poder y dioses peleaban por infidelidades. Y no era su culpa, donde un ambiente carnal se había creado, y peor si no podías escoger con quién casarte, era fácil caer entre las tentaciones.
Para una diosa que nació del mar, fue duro al no poder escoger a un esposo igual de bello que ella. No fue su elección terminar en brazos de Hefesto; no lo quería para nada, ni siquiera por los tantos obsequios que le daba.
Joyas, ropa, esculturas, nada era suficiente para la codiciada y bella Afrodita.
No era de tener una actitud tan digna del pobre Narciso, conocía de su belleza pero no era tan creída como la dibujaban, era vanidosa pero sin ser molesta, no era para nada mala y de hecho era muy amorosa, con quien lo merecía a su criterio; cosa que hacía enfurecer a Hera, quien era todo lo contrario a pesar de su irrefutable belleza también.
En realidad, no había diosa considerada fea. Sólo ella había sido siempre escogida sobre las demás, tenía encantos diferentes.
Tan ella como era, se aburría de estar tan atada a un dios como Hefesto y cada que podía, le era infiel con otros dioses e incluso mortales. Lo odiaba porque no podía igualar su belleza, su belleza tan exótica y oriental. Tan delgada y un rostro tan fino y femenino, un cuerpo con los atributos perfectos, alta y castaña, era de verdad preciosa y tan desgraciada con el esposo más feo del olimpo.
No le importaba el poder de Hefesto, estaba enojada con Zeus por haberle dado tan cruel destino poco digno de su hermosura.
Por otra parte, existía Ares. Todo lo que podía ser tan complementario en alguien tan especial y femenina como Afrodita.
Ares tan varonil como se podía imaginar al dios de la guerra. Con su piel pálida, rostro fuerte con rasgos tan característicos, labios tan apetitosos que cualquier diosa moría por morder, ojos grandes tan seductores a la vez. Alto y con los músculos más fuertes que cualquiera, perdición y protección de varios.
Todo demasiado digno de Ares, dios de la virilidad, la violencia pero sobre todo, protector de los más débiles.
Hijo de Zeus y Hera, era precioso muy al contrario de Hefesto. Ares él un dios tan débil por las diosas, tan débil ante la piel; no se esforzaba en hacer una conquista, simplemente las hacía suyas bajo su fornido cuerpo.
Pero una vez Ares se encontró de frente con la bellísima diosa Afrodita, quedó profundamente enamorado, cosa inevitable.
A diferencia de otras diosas, Ares de verdad se tomó la molestia de cortejarla dándole miles de regalos los cuales sin ser siempre tan ostentosos, la diosa los recibía con toda la felicidad del mundo.
Ambos tenían nombres distintos los cuales habían adaptado para cuando bajaban a la tierra poder pasar por humanos simples.HoSeok y Dior eran.
Y a veces se llamaban por esos nombres ya que comenzaron a pasar mucho tiempo juntos y no solo para conversar.
El dios llevaba consigo a Alectrión para vigilar y que les dijera cuando estuviera a punto de amanecer, ya que Helios podía darse cuenta, que él todo lo veía.¿Y por qué eso era malo? Se les era permitido tener amoríos no duraderos ya que los dioses siempre fueron criaturas muy necesitadas de ese afecto; pero no era permitido tener un amante formal, no podías tener otra relación si ya estabas en una seria, tenerla conllevaba un castigo.
Y como Afrodita era casada, estaba prohibido que estuviera con Ares con intereses románticos. Por eso, HoSeok llevaba a alguien para vigilar y avisar cuando Helios tuviera que aparecer para dar el día.
Dior y HoSeok usaban toda la noche para amarse en la misma cama que la diosa compartía con Hefesto; pero este se la vivía en su taller forjando joyas para su ella, quien le estaba siendo infiel a tan solo metros.
Ambos dioses se amaban tanto y pasaban sus noches enteras bajo las sábanas sin importarles nada durante horas.
Pero no todo podía ser siempre bueno para ellos.
Una de esas ocasiones, Alectrión agotado de la misma rutina diaria se quedó dormido a escasos momentos de que Helios apareciera.
Indignado Helios al ver a los dos amantes hacerse el amor en la misma cama que Afrodita compartía con su esposo, fue a decírselo directamente a Hefesto, quien se sintió profundamente herido y no iba a dejar las cosas así ya que había roto su orgullo.
Le mintió a Afrodita diciendo que iba a irse de viaje por unos días y ella ingenuamente cayó, llamando a Ares a penas pudo; pero en pleno acto, una red de hilos de oro cayó sobre ellos, impidiéndoles moverse. A pesar de ser cada cuadro de la red tan fino, era tan resistente y pesada como sólo Hefesto podía hacer.
Ambos amantes se quedaron atrapados bajo esa red y Hefesto convocó a los demás dioses para que vieran la escena y todos sin excepción, se burlaron de ambos por tan idiotas que habían sido, incluso la insoportable YeoJoo; Hera. A quien le había dado tanto gusto ver esa escena.
Afrodita estaba tan avergonzada y Ares sólo podía sentirse culpable, estaba furioso con Alectrión también.
Zeus decidió castigarlos, imponiendo regla para que se alejaran y no volvieran a juntarse para nada; cosa que los entristeció.
HoSeok tan furioso como estaba, castigó a Alectrión transformándolo en un gallo para que cantara cada amanecer sin ninguna falla como debió haber hecho.
Pero aún con todo, de ese desastre la diosa quedó embarazada del dios, dando después a luz a Eros, el dios del amor romántico.
Lejos de haber hecho caso a Zeus, se atrevieron a tener siete hijos mas después, se amaron tanto que no se iban a alejar a pesar del Dios de dioses.
HoSeok y Dior se quisieron tanto; tan ideales como eran, se podía ver la belleza en la guerra.
Mito griego - Afrodita y Ares-