Capitulo 5

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—¿Que haces aquí? —Pregunté para cambiar de tema.

—Annia me dijo que tenías algo que preguntarme.

Hija de pe... de su madrecita santa.

—Voy hacer totalmente directa contigo. —Lo miré seria y el se rió. No se que pasa con este chico, todo lo que le digo le causa risa. —A Annia le gusta uno de tus amigos.

—¿A Annia le gusta uno de mis amigos? —Vuelve a repetir y se ríe.

¿Que carajo?

—Si, a ella. —Le aclaré.

—¿Cual de mis amigos? —Me miró con notoria diversión, cosa que me hace enojar, pero lo controlo.

—El coreano. —Ahora sus ojos reflejan asombro, ya no queda nada de la diversión que antes había. ¿Por qué?

—¿El coreano? —Asentí. —Supongo que lo que quieres es saber si tiene novia.

—Supones bien. —Conteste sin dejar de mirarlo.

—Pues esta soltero y muy disponible, al igual que yo. —Ahora quién se rió de su respuesta fui yo, me parece información que yo no se la pedí. —¿Te parece muy gracioso? —Me mira con los ojos entrecerrados.

—No, para nada. Más bien, agradezco la información. —Lo miré igual de seria que al principio.

—¿Algo más que le interese saber? —Lo miré dudosa. Bueno ya que Annia me metió en estas, que más da averiguar lo demás.

—¿Quienes son los dos hermanos?

—Creo que ustedes dos son lo suficientemente buenas para investigarlo por su cuenta. —Me sonrió. Ya aprendí a controlar mi gusto por sus hoyuelos.

Le quite los ojos de encima cuando escuché el escándalo que se aproximaba. No podía ser nada más que Joe y sus amigos. No puedo creerlo, hace mucho tiempo que no venía por aquí. Se bajó del auto con todo su esplendor y caminó hasta donde yo estaba, traía una bolsa en la mano que la verdad llamó más mi atención que él. Es de dónde venden la mejor comida.

—Se que te encanta la ensalada de pollo, así que. —Me paso la bolsa y yo obvio no le iba a decir que no, eso es ser grosera y yo no soy así.

—Gracias. —Le sonreí amable.

—Tenemos entrenamiento, por si quieres venir.

—Me gustaría, pero tengo que terminar un trabajo. —Me excuse.

—Vale. Otro día será entonces. —Me sonrió con la amabilidad al cien y se fue con sus amigos.

—Parece que no la tengo nada fácil. —Lo volteé a ver cuando dijo eso.

—¿De que hablas?

—Primero, tu mejor amigo te cela como si fueras su novia, segundo, los muchachos de la escuela te miran como si fueras la fruta prohibida y tercero, él capitán del equipo de tu escuela, está enamorado de ti. ¿Yo dónde quedo? Al final.

—Antes que nada. —Lo interrumpí. —Chris no me cela, solamente tú no le caes bien porque una chava que conoció lo puso en tu contra y Joe no es el capitán del equipo.

—¿Y quién es ella? —Me miró interesado.

—Al parecer es alguien que los conoce a todos ustedes muy bien.

—¿Cómo se llama?

—¿Quieres que te diga la verdad? —Lo miré riéndome. —Si me dijeron su nombre, pues no me acuerdo. —Me encogí de hombros.

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