Capitulo 6

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Estoy a unos cinco minutos de llegar al instituto, tuve que salir caminando y más temprano de lo normal. ¿Por qué? Culpa del director. Hoy tenemos la reunión general con todos los clubes y grupos que existen en el instituto.

Aunque haberme levantado más temprano tiene sus ventajas. No tendré que ver a Chris con esa rubia perfecta, tampoco tendré que ver a mi vecino, después de lo que me dijo anoche siento vergüenza. Creo que él me gusta y eso hace que sienta vergüenza. Por un lado esto es perfecto, yo le gusto y él me gusta a mi, en cualquier otra situación esa hubiese sido el factor principal para hacernos novios, pero nunca nada es tan perfecto. En momentos me llegan pensamientos sobre Chris y yo no puedo estar con un chico mientras pienso en otro, eso no es correcto.

Todos los estudiantes de los diferentes clubes, estábamos sentados en la cancha, escuchando hablar al director. Yo por otro lado no le estoy prestando atención, lleva dos años diciendo el mismo discurso, ya hasta me lo aprendí. Un aplauso por parte de todos, un solo estudiante le da las gracias al director y nos vamos.

Gloria a Dios.

Todavía tengo quince minutos para mi primera clase. Así que ando por aquí buscando a Annia, la cual esta en la entrada esperándome a mí, somos tal para cual.

—¿Que haces? —Pregunté detrás de ella.

—Observa hacía allá. —Señaló donde esta el parqueo de las bicicletas.

—No veo nada. —La miré cansada. Tomó mi cabeza y la movió, estaban Eric, el rubio creado por el mismo Dios, el coreano y otro chico.

—¿Ves como les queda el uniforme? Son como de otro mundo.

—Solo tuvieron un poco de suerte al nacer, no es para tanto. —Solo dije esas palabras, pero en realidad ni yo me las creía, son como perfectos, los cuatro.

—¿No es para tanto? —Me miró con el ceño fruncido. —¿Que no los están viendo? Son como dioses. —Me reí de sus palabras.

—Mejor ya vámonos, nos verán mirándolos y será vergonzoso.

—Somos amigas del líder, podemos saludarlos. —Me miró insistente.

—Ni estando drogada. —Negué con la cabeza. —Mejor ya vámonos, tengo que contarte algo.

—Dame un adelanto, a ver si vale la pena dejar de ver esto. —Señaló a los chicos sin darle la mínima importancia a que la vean.

—Eric dijo que yo le gustaba. —Me miró con los ojos muy abierto.

—Eso vale más que la pena. —Tiró un grito y me arrastró hasta adentro. —Solo dime exactamente las palabras que uso, incluye sus pausas, los gestos que hizo, todo.

—Ni que haya grabado un video. —Bufé mirándola.

—Creo que debiste. Reclamo el derecho que tengo como tu mejor amiga de pedir mis detalles.

—No hay detalles, ¿de acuerdo? Solo lo dijo y ya. No he vuelto hablarle después de eso.

—¿Eres estúpida o que te pasa? —El timbre hizo que me tragara el millón de malas palabras que iba a decirle en este momento. —No te me vas a salvar. —Murmuró antes de salir corriendo por uno de los pasillos.

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—Les dejaré algo muy sencillo, quiero estos cuatro ejercicios para mañana. —Señaló el pizarrón. Empecé a anotarlos en mi cuaderno. Faltan pocos minutos para salir a receso y tengo que terminar esto antes de que toquen el timbre.

—Señorita Guzman, el director mando a llamar a Olivia. —Levanté la vista de mi cuaderno cuando escuché mi nombre.

—Ya escuchó Andrade, vaya con el director. —Entré todas mis cosas en la mochila y salí detrás de Ana.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora