Jugadores.

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Y lo hice. No pude detenerme. Este chico Jeon, es un verdadero provocador.

Después de veinte minutos de insinuaciones de su parte y coqueteos indiscretos, lo tenía en el baño de la universidad comiéndome la boca.

Sus calidos y ásperos dedos recorrían mi piel con dulzura e intensidad al mismo tiempo. Su tacto me quemaba, me encendía. Un gemido se escapó de mis labios al tiempo en que Jeon se frotaba contra mí.

Oh, maldita sea.

Menos mal que Park Jimin a.k.a chico adorable, haya tenido que largarse por una urgencia. No hubiera soportado más en la sala de ensayo.

Mis labios se separaron una vez más, dejando que su lengua caliente se deslizara en mi interior. Él reaccionó de la misma manera que la primera vez —hace unos minutos atras—, la electricidad carnal entre nosotros era palpable. Y eso me gustaba.

He besado docenas de labios antes de besarlo a él, pero ninguno de ellos parecía hambriento por mí como Jeon lo parecía ahora. Cada parte de mi piel que él tocaba ardía como el infierno, se sentía bien y parecía tener sentido. Es como si él fuera el maldito arquitecto quien me diseño y posteriomente me creó.

Jeon era todo menos nervioso. Tan seguro en cada uno de sus movimientos y un experto como yo en esto.

Él es un maldito jugador, igual que yo, lo que lograba encenderme aún más. Y el saber que no tendré que preocuparme por explicarle que no deseo nada serio después de esto, es un alivio.

Mordí su labio inferior con deseo al tiempo en que lo sentía masajear mi trasero.

Desabroche sus pantalones y metí mi mano dentro, masajeando su erección al tiempo en que nos besábamos como si nuestra vida dependiera de ello.

Sentí su mano colarse bajo mi falda y posteriormente, bajo mis short. Solté unos suaves gemidos bajos, uh, sus dedos son bastante buenos.

— Nunca lo había hecho en el baño de la universidad. — mencionó, minutos después de todo el jugueteo mirandome divertido y deseoso.

Él es grande. Realmente grande. Relamí mis labios sacando un paquete de aluminio del bolsillo de su pantalón.

— Ahora lo harás. — reí antes de rasgar el paquete de condón con mis dientes bajo su atenta mirada.

Su cabeza se echó hacia atrás cuando usé mi boca para asegurarlo en su lugar.

— Oh, santa mierda — jadeó.

Acercó sus caderas más hacía mí mientras ponía toda su longitud en mi boca y garganta.

Las yemas de sus dedos peinaron mi cabello y tiró, tarareé contra el látex. Jeon arqueó su espalda enviando su punta aún más profunda. Lo estaba disfrutando.

De seguro él había hecho esto muchas veces antes, pero no conmigo. Jeon parecía del tipo que se hacía cargo de todo a la hora de follar, el tipo de persona que daba placer a su amante de todas las maneras sexuales posibles hasta que le pedían inútilmente más. Pero él no les podía dar más, y eso fue exactamente lo me gustó de él —además del hecho de que es increíblemente caliente.

— Oh, mierda. — lo oí murmurar.

Me alejé de él sonriéndole divertida. Me miró impaciente. Me deshice rápidamente del short que traigo bajo la falda, dejando a la vista mis bragas de encajé.

Ni siquiera me dio tiempo a quitarme las bragas, me cargó, se hizo espacio entre ellas y me penetró con dureza. No pude evitar soltar un fuerte gemido ante eso, placer y dolor mezclados, haciendo todo más único, exquisito y malditamente placentero. Todo tan salvaje. Tal y como a mi me gusta.

Fuck Friends |JJK;;PJM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora