XV

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- Dazai... - presionó sus pueños con fuerza acercándose a paso lento e incluso temeroso a su alfa, no se había percatado que se encontraba en la mafia debido a todas  las feromonas que inundaban el ambiente de cada uno de los miembros de la organización - ¿que haces aquí?

- Chuuya - tomo su diestra con total delicadeza buscando una respuesta en su mirada de los acontecimientos previos, sin embargo solo podía percibir el temor y la angustia que aguardaba en su corazón

- ¡vaya que adorable encuentro! - el azabache elevó la voz llamando la atención de aquel par, sonando con sorna, burlándose de su patético amor - finalmente llegas Chuuya, crei que habías escapado con él

- ¿él? ¿de que habla Chuuya? - el castaño lo soltó imaginando lo peor ¿el pelirrojo amaba a alguien más?

- Dazai yo... yo iba a decírtelo, en serio pero... - bajo la mirada presionando sus puños con fuerza - no podía si tu no... ibas a aceptarlo - de forma inconciente llevó su diestra sobre su vientre

- es hora de las confesiones- se sentó delante de su escritorio sosteniendo su barbilla con sus manos - y ese embarazo que tanto te esmeras en ocultar no es el único secreto ¿verdad? sobre todo tratándose de tu hijo Fumiya ¿no es cierto Dazai?

- secreto... ¿Dazai? - el castaño intento acercarse al de menor altura pero solo recibió rechazo al retroceder- Dazai ¿tu sabias que mi Fumiya estaba vivo? ¿¡Tu lo sabias!?

- ¿que? no Chuuya, espera ¿esta vivo? - por un momento sintió como su corazón se detenía y su respiración se cortaba, su hijo estaba con vida y no pudo hacer nada para recuperarlo- ¿porque no me lo dijiste? - lo sostuvo por ambos hombros sacudiendo su delgado cuerpo

- Dazai... - buscó alejarlo con su habilidad siendo anulada de inmediato

- mejor responde tú algo Dazai, ¿porque te importa ese niño cuando fuiste tú quien me pidió que lo llevará lejos? - una sonrisa asesina iluminó su rostro mientras un silencio sepulcral los envolvió - tu no querías a ese niño y lo sabes

- Dazai- los zafiros del pelirrojo se humedecieron y sin temor permitió que las lágrimas descendieran por sus pómulos - ¿eso es verdad? -

No hubo respuesta al instante. El detective no lo nego, Mori no mentía pero tampoco decía toda la verdad

- lo siento Chuuya - lentamente disminuyó su agarre, sus mechones avellana cubrían su rostro evitando ver como el corazón de su omega se rompía en pedazos.

Con un movimiento rápido desenfundó el arma que ocultaba bajo su gabardina disparando al líder mafioso, este solo evitó la bala con ayuda de su poder, sin moverse ni inmutarse pese a que su vida estaba en riesgo, confiaba en la desestabilidad emocional del joven Nakahara

- nunca quisiste a mi bebé... - el pelirrojo cayó de rodillas al suelo cubriendo su rostro con ambas manos - por tu culpa... por tu culpa lo perdi... ¿porque? ¡¿porque!? - un fuerte grito resonó entre las cuatro paredes provocando un estruendo que destrozó los grandes ventanales

- ¡Chuuya no lo hagas! - no importó que tan rápido corriera, no consiguió sostenerlo para evitar que utilizara su máximo poder, era muy tarde cuando noto las marcas rojizas en sus brazos y rostro viéndolo caer una vez el suelo se cuarteo

Poco a poco los simientos se desvanecieron, ambos alfas se vieron atrapados entre los escombros sin recibir un daño aparentemente grave, el fuego crecía tras cada segundo y las bolas de gravitones chocaban contra la tierra trayendo consigo olas de destrucción, no importaba cuando Osamu gritara estaba a punto de perder a su más grande amor.

Con su último esfuerzo corrió a su lado, tan cerca pero al mismo tiempo tan lejos cuando corrupción  elevó al mafioso por los cielos quitandolo de su alcance

- ¡Chuuya! - golpe un par de veces los trozos de concreto debajo suyo abriendo un par de heridas sobre sus nudillos - no Chuuya maldita sea... ¿porque?

- es tu culpa, tus malas decisiones lo llevaron a este punto - poso el filo del bisturí sobre su cuello preparado para arrebatarle la vida - te dije que no lo marcaras pero desobedeciste ahora este es tu castigo, el de ambos

Iba a matarlo, lo tenía delante suyo listo para llevarlo al lado de su omega hasta que una onda de viento los empujó a pocos metros de ahí.

La escena cambio, el pelirrojo estaba en el suelo luchando por mantenerse conciente, lo habían salvado ¿pero quien? el caos que los rodeaba no permita distinguir a la persona a su lado, aquel que logró detener su estado corrupto

- no puede ser... - el agente se reincorporó lo más rápido que sus piernas le permitieron rodeando con ambos brazos a su pareja y su cachorro - Fumiya... estas vivo hijo mío

Por Mi Familia  >>Soukoku<<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora