IX

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Nakahara no podía sacar de su cabeza aquella extraña conversación con el líder de la Port Mafia, pero tampoco era como si pudiera hacer algo por esos niños, su destino estaba escrito desde el momento en que cayeron en las manos de aquella organización.

No podía hablarlo con Dazai mucho menos pedirle ayuda, el supuesto acuerdo de paz entre la mafia y la agencia se vería afectado si lo involucraba ocasionando una guerra dentro de Yokohama, en definitiva solo podía resignarse.

- ¿que ocurre Chuuya? has estado distraído- el castaño tomó su mano acariciando suavemente sus nudillos - ¿te sientes mal? si quieres podemos ir a otro lado

- ¿que? no, estoy bien descuida - es su rostro se formó una ligera sonrisa algo forzada para que no se percatara de su preocupación- solo estoy cansado

- entonces hay que irnos - se puso de pie ayudando a su omega a imitar su acción pasando sus brazos alrededor de su cadera - Chuuya, no será que... - con suavidad poso una de sus manos sobre su vientre, se sentiría feliz si el pelirrojo se encontrará preñado de su cachorro una vez más

- ¿que? no para nada - tomó su mano dejando salir una pequeña risilla - tengo un método anticonceptivo subcutáneo, también me ayuda a controlar mis ciclos de celo - le mostro su brazo izquierdo remangando el pequeño saco y camisa dejando ver una cicatriz diminuta - no hay manera de que este esperando un cachorro Dazai

- lastima, te verias tan sexy con tu vientre crecido - se inclinó ocultándose bajo su cuello donde depósito dulces besos de forma lenta y pausada - como aquella vez

- para nada, no estoy listo para otro embarazo, tal vez más adelante - acarició su mejilla para que volviera a verle a la cara - aún necesito tiempo - beso sus labios de forma fugaz sin soltarlo y salir de la cafetería donde habían decidido almorzar

- no vayas a trabajar Chuuya, quédate conmigo hoy hay que tener una cita - lo detuvo antes de subir al auto, necesitaban tiempo juntos y solamente quería estar a su lado pues en la agencia no podía concentrarse si el mafioso se la pasaba todo el tiempo en su cabeza

- no puedo, tengo cosas importantes que hacer hoy - lo rodeó con ambos brazos, cerrando sus ojos rozó su  nariz con la propia - mañana, me tomaré el día libre e iremos a donde quieras

- bien - unieron sus labios una última vez dejándose llevar por los latidos de su corazón, así como esa sensación de cosquilleo que provocaba el vínculo que les unía

- adiós Dazai - dicho esto subió al auto y partió dejando atrás a su alfa

Llegó al orfanato a la hora acordada, se estacionó y bajo dando un largo suspiro para relajar el estrés que lo invadía. Al entrar fue recibido por los menores y esas grandes sonrisas que mostraban su inocencia.

Tenía pocas semanas antes de comenzar a enseñar artes marciales a los mayores por ello que mejor que dejarlos disfrutar su infancia o la pubertad tranquilamente, distrayendo su mente, jugando, riendo antes de que se vean envueltos en una profunda oscuridad.

Los minutos transcurrian rápidamente y la hora de la comida llegó, los dejó solos en el gran comedor sin embargo no se percato de la ausencia de uno de los niños.

Necesitaba relajarse por ello decidió caminar por el amplio jardín, paso cerca de los muros escuchando la brisa pasar por las hojas de los árboles y las aves cantar disfrutando de esa paz que solamente podia brindarle la soledad de vez, al menos así fue hasta que lo escucho.

Esa canción.

Esa tonada.

Se acercó temeroso a los árboles donde el pequeño castaño de ojos celestes leía como siempre pero esta vez tarareando una canción en particular.

La suya

- Fumi- la expresión de su rostro mostraba terror e incluso dolor, parecia que estaba viendo un fantasma - ¿donde escuchaste esa canción? - nadie más que Dazai debía conocerla, a ningun niño se la enseño solamente a su cachorro cuando se embarazo

- hey mamá si me ibas a abandonar ¿porque me tuviste?- el infante tenía una sonrisa en su rostro, el sabía aquello que intentó ignorar, Fumi era similar al hijo que perdió, intento no pensar en esa posiblidad pero no pudo, Fumi era el nombre de su hijo por eso no había información de él como de los otros niños, porque su hijo estaba muerto.

No quería romperse delante de él, intento calmar los latidos de su corazón y el nudo que se formó en su garganta volviendo a su semblante tranquilo, sonriendo con una pizca de tristeza

- veras Fumiya, ellos te arrebataron de mi lado yo no te abandone-

Por Mi Familia  >>Soukoku<<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora