▪️Capítulo 3▫️

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Pasaron días conviviendo en aquel pueblo, se sintieron tan completos juntos que llegaron a imaginar que tal vez esa es la vida que deseaban tener.

Aquellas noches de romance desenfrenado hacían sentir a Solar que no dudaría en entregar sus alas con tal de estar al lado de Jimin. Pero pronto descubriría que los sacrificios por amor tenían un límite.

Durante ese tiempo no habían vuelto a tener noticias de parte de ese ángel que en esa ocasión persiguió a Solar. ¿Será que habían desistido de la idea del castigo?, no, todo estaba a punto de volverse más difícil.

Un día llegó a manos de ella una nota en una paloma blanca, provenía del paraíso. Al leerla quedó impactada, no podía disimular su conmoción.

- ¿Qué ocurre Solar?, ¿Qué dice? - preguntó Jimin que estaba junto a ella.

- Dice que los superiores han decidido perdonarme si regreso ahora, pero de no hacerlo mi familia será exiliada ya que la unión de un ángel y un demonio es un pecado de deshonor familiar...- respondió afectada.

- No lo entiendo, ¿Por qué tanto interés en ti?, ¿Por qué no símplemente te dejan ir? -

- Es por que soy candidata a suceder a un arcángel... no es algo que dictamine nuestra sangre si no el azar. Hace un tiempo fui llevada a un palacio en mi mundo donde se me prepararía para mi futuro. Algunos estaban al tanto de que venía aquí por que me gustaba ver las cosas humanas y me lo permitian. Pero seguramente jamás creyeron que podría encontrar el amor en esta tierra y mucho menos que sería un Diablo - explicó ella.

- Solar...-

- Debo admitir que era feliz con mi vida anterior, pero ahora que sé que existe no concibo otra forma de felicidad que no sea estar a tu lado Jimin...- confesó mientras acariciaba el rostro de él.

- Yo me siento igual...-

- No me importaría que me exiliaran, o que arrancasen una por una las plumas de mi alas hasta quitarmelas... Pero no puedo permitir que un inocente sufra por mi culpa, y mucho menos si son mis padres. Estoy segura de que no saben nada de todo esto...-

- ¿Como lo sabes? -

- Por que si están tratando de convencerme de regresar es por que quieren solucionarlo entre nosotros sin que nadie se entere, sería un escándalo -

- Creo que puedo ver cuál será tu respuesta...- Solar entristeció su mirada.

- Perdóname Jimin... Pero ese es mi límite...-

El Diablo la rodeo con sus brazos, presionandola contra su pecho.

- No tienes que pedirme perdón, lo único que puede hacerme daño es verte triste... sólo quiero que sepas que lo que siento por ti es para siempre -

- Igual yo... Sí tan sólo fuésemos de la misma raza las cosas no serían tan difíciles...- suspiró ella.

- Tal vez... Pero tampoco nos hubiésemos amado así, nos queremos por que somos diferentes, porque encontramos en el otro cosas que no conocíamos en nuestros mundos...- terminó él.

Solar decidió responder aquel mensaje diciendo que regresaría esa misma noche.

Eligieron pasar sus últimas horas juntos en la intimidad de ese cuarto, amandose en esa pequeña libertad. Antes de irse Jimin le pidió bailar una última vez, pero siendo ellos mismo, sin disfraces, mirándose tal cuáles eran, sólos entre esas cuatro paredes.
Finalmente el tan temido momento llegó, era la hora de despedirse.

Fueron hasta el bosque en el medio de la noche como ella prometió, se entregaría por propia voluntad.
Allí la estaba esperando un ángel, un poderoso guardián, para llevarla de regreso. Iban tomados de la mano, aquella imagen impactó al guardián, comprobó que lo que le habían dicho era verdad, un ángel y un diablo juntos entre los humanos.

Una inmensa tristeza invadió el pecho de Solar, no quería soltar la mano de su amado, él también se resistía a la idea de que se fuese. Resignada, se colocó frente a él, aunque casi no podía ni mirarlo, y con un tímido beso le dijo adiós.

Comenzó a caminar en dirección a aquel guardián, pero a mitad de camino se detuvo, volvió corriendo sobre sus pasos y abrazó con todas sus fuerzas a Jimin.

- No puedo hacerlo... No quiero dejarte...- decía ella entre sollozos.

- Por favor no llores Solar... sabés que es lo único que puede herirme...-

- Pero... de sólo pensar que no volveré a verte siento mucho dolor...-

Ella lloraba sin consuelo, Jimin se sentía culpable por aquella situación, pensaba que si no la hubiese buscado, si no la hubiese ilusonado desde un primer momento, Solar no tendría que pasar por todo eso. Fue entonces cuando decidió tomar una drástica decisión, había una sola cosa que podía hacer para ayudarla.

- Mirame Solar...- le dijo con una voz serena y la besó apasionadamente - Si algún día mi recuerdo regresa a tu corazón estaré aquí... esperándote - sonrió él.

- A que te refiere- - intentó preguntar ella y derepente Jimin besó su frente, haciendo que cayera inconciente en sus brazos.

El guardián quedó atónito ante esa acción.

- Pero que les has hecho?! - preguntó indignado a aquel Diablo que lentamente se acercaba a él cargando a Solar para luego entregársela.

- Ella está bien, sólo borré de su mente todos los recuerdos que tenía conmigo...- explicó.

- Quieres decir que ella no recordará ni siquiera haberte conocido...? -

- Exactamente - respondió él y comenzó a alejarse.

- Te conozco, tu eres Park Jimin, tercer príncipe del infierno -

- Así es -

- ¿Como pudiste posar tus ojos en un ángel?... Acaso te divertiste robando el corazón de un ser tan puro?...-

- ¿Dices que yo lo robé? - sonrió él - esa criatura que cargas ahí es quien se lleva en sus manos para siempre mi corazón - dijo señalandola.

El ángel quedó en silencio por un momento.

- Me resulta difícil de creer tu benevolencia - dijo.

- Estás en lo cierto, si por mi fuese hubiese arrasado con la mitad de ustedes sólo para que nos dejasen en paz. Pero sé que ella no quería que nadie saliese herido por nuestra causa -
- Eres muy arrogante al afirmar algo así -

- Claro que lo soy, soy un Diablo -

- ¿Por qué haces esto? -

- ... Porque la amo. Algún día cambiaré las reglas del juego y será mía para siempre, pero hasta ese entonces esto es lo mejor para ella. Todo es por su bien - dijo por último Jimin y desapareció en la oscuridad.

El ángel miró a Solar que aún permanecía inconciente y murmuró para si - Quien diría que un ángel tan joven sería capaz de domar a una de las peores bestias del infierno...- y regresó al paraíso.

Tal como aquel Diablo prometió, Solar no recordaba nada de lo sucedido prácticamente hasta su llegada al palacio, ni siquiera de sus viajes al mundo humano. Sus superiores decidieron que lo mejor era no mencionar el tema y todo quedó como si nada de eso hubiese existido.

 Sus superiores decidieron que lo mejor era no mencionar el tema y todo quedó como si nada de eso hubiese existido

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The angel who danced with the devil▫️Book1▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora