▪️PRÓLOGO▫️

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El tiempo pasó y la curiosidad de ella por la música humana despertó, haciéndola regresar a esa tierra, esta vez seguida a escondidas por un guardián. Pero al constatar que no había rastros del Diablo la dejaba ir en soledad por el bosque.

Una extraña sensación abrazaba el cuerpo de Solar, como si hubiese olvidado algo que era muy importante, pero por más que lo intentaba no podía recordarlo.

Al igual que antes de que todo comenzara, cuando la música del pueblo llegaba hasta donde ella estaba bailaba sola entre medio de los árboles, o quizás no tan sola, si no en compañía de un pequeño y hermoso pájaro de color violeta que siempre estaba rondandola en el lugar, llegando incluso a posarse en sus manos.

Solar, ni siquiera aquel guardián, podían imaginar que esa ave era Jimin que, cumpliendo su promesa, cada noche esperó su regreso. Pero esta vez para amarla desde la distancia, en silencio.

Verla sonreír era suficiente para él, por ahora. Porque la amaba tal cual era, con sus hermosas alas, no quería que las perdiese por estar a su lado, no necesitaba que ella hiciese un sacrificio por amor, pensaba que no era justo que sufriese de esa forma.

El Diablo era un Diablo pero cuando amaba lo hacía de verdad, sin egoísmo. Aquel ángel se había llevado su corazón, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por su bien, y en ese momento sintió que aquello era lo mejor, hasta que llegase el día en pudiesen estar juntos.
A veces amar de verdad significa dejar en libertad, y la libertad en algunas ocasiones implica tener que olvidar.

Fin

Fin

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The angel who danced with the devil▫️Book1▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora