|| el chico nuevo || h.v

Capítulo 17

Las palabras de mi hermano se habían quedado en mi cabeza, haciendo un eco estruendoso.

Miente.

Si, claro que lo hace. Además de que no tiene pruebas, solo simples suposiciones.

Sacudí la cabeza en un intento de dejar todos esos pensamientos atrás. Levanté la cabeza y le sonreí a las personas que estaban caminando por el patio de la universidad.

A lo lejos veo a Hoseok y a su hermano en la puerta del edificio, al parecer estaban teniendo una pequeña discusión.

Hoseok.

Me cae mal.

El hermano de Taehyung definitivamente me cae mal. Malísimo.

—Oye, ¿que te pasa?.— me preguntó Jungkook.— Llevas todo el camino con esa horrible cara.

Bufo y ruedo los ojos.

—El hermano de Taehyung creo que me descubrió.

Miré a Jungkook y lo vi palidecer.

—¿Que? ¿Como que te descubrió, Hoseok?.— se cruzó de brazos y me miró enojado.

—Bueno...— despeino mi cabello levemente.— No es que me describió a lo literal, sino que sabe que oculto algo.

—¿Que te lo asegura?

—La manera en la que me habló.— contesté.— Es detective, así que creeme cuando te digo que averiguará mi historia y mi pasado, Kook.

Él se quedo callado un momento.

—Estamos jodidos.

—Y dilo fuerte.— concuerdo.

(...)

Jungkook y yo nos encontrábamos encerrados en la habitación luego de un largo día de clases.

—¿Encontraste a alguien?.— le pregunté mientras seguía tacleando en la computadora.

—Si.— asiente mientras me enseña la computadora de él.—  Park Chanyeol.

Sonreí cínicamente.

A ese imbécil lo recuerdo muy bien; era uno de los que me molestaban cuando estaba en la correccional. Él y su grupo de amigos siempre se encargaban de hacerme la vida imposible.

—¿Que dices?.— Jungkook me miró directo a los ojos.

—Si, ese no se me pierde.— le respondo.

Él rie levemente.

—Por favor recuerdame porque hacemos esto.— me dijo mientras cerraba todo en su compu y la apagaba.

—Aparte de que es porque es divertido matar personas, también es porque se lo merecen. Hay demasiadas personas malas en este mundo y nosotros nos encargáremos de que desaparezcan.

—Te arriesgaste mucho al ir a la casa de Tae aquel día.— me dijo suspirando.

—Lo sé, pero fue la casa que mas cerca estaba del sitio.

—¿Y le dijiste algo?.— la preocupación se avecinaba por su voz.

Solté una risita.

—Para nada, Tae no se da cuenta de nada.

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