Capítulo 14

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Taehyung.

Vi como Jimin salía de mi casa con una sonrisa en su cara.

Aquella tarde nos habíamos dedicado a ver películas y comer galletas de chispas de chocolate. Después nos habíamos puesto a hablar de cualquier cosa que se nos venía a la cabeza y asi mismo aproveché para decirle que me gustaba Hoseok, cosa que no le sorprendió ya que se había dado cuenta.

Suspire y terminé de cerrar la puerta por completo.

Decidí subir a mi habitación y dormir un rato.

(...)

Los constantes golpes en la puerta de entrada me hicieron abrir los ojos lentamente. Miré la hora en el reloj que descansaba en la mesita de noche en la habitación, las doce y media de la madrugada.

¿Tanto dormí? No lo sé, pero ¿a quien se le ocurre venir a la casa a esta hora?

Me levanté de la cama y no hubo necesidad de abrir la puerta ya que esta estaba abierta. Fui a la habitación de Baekhyun para ver si era el quien tocaba y no, el estaba durmiendo tranquilamente en su cama.

Frunci el ceño y bajé las escaleras. Dudé un poco antes de abrir, pero finalmente lo hice.

—¿Que haces aqui a esta hora?

Era Hoseok. A pesar de la oscuridad lograba ver como estaba sudando y como estaba notablemente agitado.

—¿Me dejas entrar?.— me pregunta mirando detrás suyo por un momento.

—Claro, claro.— me hago a un lado rápidamente y lo dejo pasar, para luego cerrar la puerta.— ¿Que te pasó?

Agarro sus manos y veo como la sangre cae por sus nudillos.

—Nada, solo tuve un pequeño un inconveniente.— responde mientras se aleja de mi y se sienta en el sillón.

Esperen...¿como sabe en donde vivo?

—Hoseok.— lo llamo.— ¿Como sabes la dirección de mi casa si nunca te traje aquí?

El se quedó callado.

—Yoongi me la dio.— respondió.

—¿Porque?

—Hace como dos días se te quedó un cuaderno en mi casa y necesitaba traértelo, asi que le pedí la dirección a Yoongi, pero al final no vine y decidí dártelo en la escuela.

Cierto.

—Me podías mandar un mensaje.— contesté levantando una ceja.

—No quise, porque por algo no me dijiste en donde vives, ¿no crees?.— dijo con ironía.

—Tienes razón, pero solo fue porque se me olvidó.

El asientio y se quedó callado.

—Dejame traer algo para curar tus heridas.

Fui al baño, tomé el botiquín de primeros auxilios y volví con Hoseok.

—Lamento por venir a esta hora.— dijo luego de unos minutos en los que limpiaba lentamente las heridas.

—No te preocupes.— le dije sacando un pequeño vidrio que estaba clavado en su mano.— Pero ¿en donde carajo te metiste? Te acabo de sacar un vidrio.

Se lo enseñó y el solo aparta la mirada.

—¿No me dirás?.— le pregunto mirándolo por un breve momento.

—No creo que eso sea necesario.— contesta mirando al techo.

Hice presión sobre la herida intencionalmente, logrando sacarle un quejido.

—Lo siento.— mentí.— Yo si creo que sea necesario.— agregué.

—Pues no lo es.— dijo.

El silencio inundó el lugar, hasta que la voz de mi hermano se escuchó.

—¿Con quien hablas, Tae?

Lo vi bajar las escaleras por complejo y mirar a Hoseok de mala forma.

—¿Y tu quien eres?.— le preguntó acercándose.

—Es un amigo mío, Baek.— le contesté.

Ojala fuera algo más que eso.

—Soy Hoseok, Jung Hoseok.— contestó el pelinegro a mi lado mientras se levantaba y hacía una reverencia a mi hermano.

—¿Y que se supone que haces aqui a esta hora?.— se cruzó de brazos.

Hoseok no supo que decir.

—Mejor vete a dormir, Baek.— le sonreí con nerviosismo y lo empujé levemente.

—Pero no me contestó.— dijo tratando de mirar a Hoseok.

—No te preocupes por eso.— lo terminé de empujar e hice que subiera las escaleras.— Ya hablamos mañana.

—Esta bien.— le oigo decir antes de que cierre la puerta de su cuarto.

Solte un suspiro y volví con Hoseok.

—Aun no me dices que haces aquí.— insistí.

—No es necesario.

|| el chico nuevo || h.vDonde viven las historias. Descúbrelo ahora