Orquestando un plan

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Iniciado el siguiente día, Myla sale de su habitación usando nuevas ropas y ya aseada, alguien le había conseguido lo necesario para ello. Mientras camina curiosa por el sitio se percata que el gorila se encuentra solo sentado bajo un árbol, ella se le acerca saludando y el gorila solo la vio sin hacer mas gesto, y siguió viendo el paisaje.
-¿Algo te molesta de mi?-. Preguntó Myla un poco sentida, pues no entendía la actitud del simio. El solo la veía con una cara poco amistosa. Hasta que suspiró lentamente con semblante triste y comenzó a relatar su historia con una voz profunda.

-Hace un tiempo cuando era un bebé gorila, mi madre solía sacarnos a mí y a mis hermanos de paseo, jugábamos, cosechábamos frutas y cuando recolectábamos suficientes comíamos, pero algo sucedió.
De repente salieron esos monos sin pelaje, caminando erguidos, escuchamos que se llamaban humanos. Ellos secuestraban, y lastimaban a los animales. Pues comenzaron a vivir del inocente bosque, pero luego se comenzó a agotar la comida, debido a que eran muchos.
Nosotros comenzamos a huir, pero mi padre murió salvándonos y mi madre con mis hermanos fueron capturados.
Desde entonces he guardado silencio porque aún cierro los ojos y veo como esos humanos se los llevan.

Quien me salvo fue el lémur, pues era tan solitario como yo y tiene facultades y trucos para sobrevivir a ellos, con él aprendí lo que sé de sobrevivir.

-De alguna manera Myla se sintió tan retratada con la historia del gorila que rompió en llanto y lo abrazó. El gorila luego de una pausa siguió hablando.

-Pero cuando escuchamos de tu llegada salimos a buscarte. Sabíamos qué harías algo, yo aún no lo creía pero después que te conocí sabía que eras completamente diferente.
Solo tú puedes acabar esto.

-Myla mira al gorila, sintiendo una fuerte simpatía con él. -Lo haré, sea lo que sea que deba hacer lo haré, encontraremos a tu familia y esto cambiará definitivamente.

El koala y los otros que escuchaban sin hacerse ver, yacían sorprendidos, pues nadie nunca había escuchado hablar al gorila.

Pasada unas horas, y estando todos listos para viajar a las aldeas humanas, partieron.

Todo lo que había dicho el koala seguía vigente en la cabeza de la niña, como si de alguna manera, ella pudiera encontrar las respuestas allí.

El koala iba al lado de Myla mientras conversaban agradablemente en grupo. Un momento después el koala le dijo a Myla:
-Si sientes que haces lo correcto por ayudar a otros conscientemente, te estás aprendiendo a conocer a ti misma-.

Algo se encendió, la cabeza de Myla comenzaba a aclarase. Esa frase la conocía, era de su padre, un viajero del mundo. Él la había llevado a ese lugar en uno de sus viajes, ella conoció allí a esos animales, claro no hablaban.

Su padre les enseñó a los nativos a protegerse de las armas de los cazadores y estos le regalaron un dije de piedra preciosa en forma de corazón que era el mismo que Myla tenía puesto. Y tuvo una idea como apaciguar a los clanes.
Al llegar a la primera aldea se reunieron con el jefe, y Myla pidió que por favor llamara a los jefes de todos los clanes sin excepción.
El jefe le dijo que sus enemigos no vendrían, pero Myla le dijo:
-Si tienen piedras como estas, con esta forma ofrézcanlas y vendrán. Cuando su mensajero hable con ellos que les dé una. Así sabrán que no corren peligro-.

Y así procedieron, pasó un día para la reunión, y ese día paso en un compartir de vivencias entre los nativos y los viajeros, compartían la comida, que allí era variada, que en general eran frutas.

Al día siguiente los nativos de apoco fueron llegando y todos los jefes asistieron tras la estrategia de Myla. La reunión empezaría y todos permanecían expectantes, la tensión se podía cortar en el aire. La niña contuvo el aire, y exhaló despacio preparándose para confrontar lo que se avecinaba.

Cuando la niña se hizo presente en la choza de reuniones y se colocó en el centro, los jefes comenzaron a comentar desconcertados y en voz baja prejuicios de aquello.
-Que es esto una burla. -Comentó uno de los jefes en voz alta.
Myla asustada pero entendiendo que eso sucedería levantó la mirada y comenzó a hablar:
-Los he mandado a llamar porque sé que tienen problemas con cazadores invasores, que se comen sus cultivos, que cazan a sus animales. El jefe de esta aldea me ha contado todo al respecto y yo sé que es lo que hay que hacer. Hay un árbol cuya madera es muy dura, pero liviana también con ellas harán unos escudos, con un deposito dentro de este...
-Myla fue interrumpida por uno de los jefes: -lo hemos intentado pero su brujería atraviesa cualquier cosa.
-Esas armas no son brujería. Dispara trozos de metal caliente y aquí es donde entra la función del depósito, lo llenaran de la sabia fría con la que fabrican sus implementos y cestas, esa sabia detendrá a los pedazos de metal, de donde vengo estos se llaman balas. Sé que tienen prejuicios pues son adultos y es una niña que les dice que hacer, pero es la única forma que se defiendan y defiendan a su tierra, pues viven acá en una armonía que se rompió con la llegada de los cazadores.
-Pero es que aquí hay clanes que nos roban comida, nos queman los cultivos, lo sabemos porque conseguimos pruebas. -Dijo un nativo común presente.
-¿Pero están seguros que son a quienes incriminan?, quizá pueden encontrar cosas que culpen a otros, pero piensen, si están peleando entre ustedes quien defiende al bosque y a sus animales. No los van a ver venir, fueron los cazadores quienes los han utilizado con sus artimañas.
-Uno de los jefes se levantó y dijo: -Ellos llegaron prometiendo una vida digna si dejábamos que usaran nuestros recursos, dijeron que nos harían casas y no tendríamos que buscar el agua al río, sino que esta vendría a nosotros. No teníamos problema con lo que habían pedido, pero al saber que nos mintieron y comenzaron a matar a nuestros animales los sacamos por unos días. Luego regresaron con estas armas y ya no podíamos hacer nada. Pero mientras tanto no sabíamos de eso, los clanes comenzaron a discutir por robos, a sus cultivos, e incidentes relacionados.
-Porque ya sabían que se opondrían a la caza que es a lo que más se dedican. Ellos solo velan por sus intereses, se criaron así escuchando siempre, que son primero ellos, mientras ustedes cuidan sus cultivos para ustedes, sus animales, todo lo desean preservar para su futuro y su familia, para las próximas generaciones-.

Luego de responder un par de preguntas más, Myla, se comenzó a preparar pues tenía otro plan. Mientras los nativos construían sus escudos y lanzas, Myla partió sola a buscar a los leones. Habló con las aves coloridas para que la vigilaran por si algo salía mal, antes de partir los otros animales hablaron con Myla.
Ella les dijo que aquello debería hacerlo sola. El gorila le entrego una daga larga hecha de piedra que el mismo había hecho.

Aunque los animales entendían sus motivos no dejaban de estar preocupados pues los leones eran engañosos, pero para la niña no era una opción, era algo necesario.

El Laúd de PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora