2.- Dame un abrazo

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Un chico de no más de 15 años se encontraba caminando tranquilamente hacia su escuela, tenía una cabellera azul, su cara llevaba varías marcas cafés, una posada en su moflete y otra posada en su ojo izquierdo, tenía ojos rojos escarlata muy brillante. Su uniforme estaba firme señalando respeto. Llevaba su bolso café donde llevaba sus libros y libretas acompañado de su cartuchera.

Había llegado a la entrada y miró fijamente las instalaciones desde afuera, sonrió viendo que ya había pasado tiempo desde que llegó a aquella escuela de héroes. Había conocido amigos y alguien especial para pasar tiempo con ella el resto de su vida.

—¡Sama-Chan!

Miró hacia atrás y pudo divisar a un pelirrojo teñido con una gran sonrisa en su rostro, mostrando sus colmillos corriendo hacia el.

—¡Hola Sama-Chan!

—Hola Kiri-Chan.

—¿Que haces caminando tan tranquilo de esta forma? ¡Llegaremos tarde!

—Es temprano.

—¡¿QUE?!

—Es temprano.

—Oh... debí adelantar mi reloj por accidente...ni pude desayunar.....

—Sabía que pasaría, te traje tu desayuno—Samato sacó un bento donde había un sándwich de crema de maní y jalea— Disfruta.

—.......

—........No lo quieres.

—¡TU QUIRK ES ASOMBROSO, SAMA-CHAN, SER UN DOBLE QUIRK ES ASOMBROSO! ¡ERES ASOMBROSO!

Se lanzó a abrazarle pero solo había un espacio de aire justo ahí, volteó hacia atrás y Samato estaba atrás de el.

—Ese Quirk también es genial.

Samato era Doble Quirk, por parte de su padre, la teletransportación, y por parte de su madre, la visión futura, cosas que le ayudaban mucho en su vida, ¿Sus debilidades? Ante su teletransportación no había, pero en su visión futura cuando algo cambiaba de lo previsto, le daba una jaqueca muy fuerte para luego desmayarse.

Ambos caminaron tranquilamente hacia las entradas de la escuela mientras Kirishima comía su sandwich. Al llegar al salón entraron para encontrarse al único que llegaba temprano, Shōto Todoroki, Eijiro lo saludó mientras que  Shōto solo los miró levantando una mano en forma de saludo.

—Hola Shōto—Saludó Samato con una sonrisa encantadora.

—Hola Samato—Se sonrojó levemente.

Se sentaron en sus asientos correspondientes.

—Ne, Sama-Chan.

—¿Que pasa Kiri-Chan?

—¿Porque no nos podemos sentar juntos?

—Porque si nos sentamos juntos intentarás hablarme y me distraere.

—Mhm—Kirishima desvío la mirada triste— Es como si odiaras estar conmigo.

—Me gusta estar contigo pero sin embargo, ya sabes que debemos estudiar.

—¿Me das un abrazo?

—Vale.

Y paso, se dieron un abrazo llenó de cariño, amor y afecto.

30 días nada de hombres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora