30 días nada de hombres.

15.- Desafío peligroso

Samato, Kaminari, Izuku y Katsuki jugaban a sacar papelitos con desafíos, ahora mismo Katsuki le andaba perreando bien sensual al Deku. Era turno de Samato.

—¿Que te tocó? ¿Samato?

—Enojarme con Kiri-Chan.

El peliazul mostró el papel diminuto que tenía escrito «Enojate con Kirishima». Izuku se miró cómplice con Bakugou el cuál le guiñó un ojo a Kaminari y este levantó las cejas a Deku.

—Lo haré—Samato se levantó llendo directo a con Eijiro que estaba haciendo un cereal con leche sin enterarse de nada— Hey, Kirishima—Su tono de voz era muy profundo y serio.

—Hola, Sama-Chan, ¿Quieres cereal de los hombre masculinos?

—No, no quiero, has estado muy callado hoy, Kirishima.

El teñido lo miró confundido.

—¿Que fue lo que dijimos cuando iniciamos esta “relación”?—El tono de voz de Samato se volvió brusco mientras hacía el entre comillas— ¿No se supone que nos contaríamos todo? Parece que cruzaste los dedos cuando lo prometimos.

Kirishima sintió como su corazón latía fuertemente al ver a su pareja de esa manera. Tragó duro y retrocedió hasta chocar con la mesa de los dormitorios.
Samato se acercó a él acorralandolo ante esta.

—¿Es que no piensas decir nada? Pedazo de mierda.

—Yo...—Eijiro tragó duro tratando de que su voz no sonará entrecortada— No... Yo no sé....que...hablas...yo no sé de qué hablas...Sa... Sama-Chan.

—¿Ah no?—El de Quirk de endurecimiento sintió como se congelaba al ver como el Doble Quirk le miraba con odio— Entre tantas mentiras con las que me tienes... Kirishima...

Bakugou grababa, Izuku comía palomitas y Denki sentía que estaba viendo una telenovela mexicana.

Samato se puso sereno para luego darle la espalda al pelirrojo.

—Vaya mierda.

Al no recibir respuesta, miró a su compañero por el rabillo del ojo.

Estaba llorando.

Eijiro estaba llorando.

Llorando por culpa suya.

Pero era lindo.

Pero era malo.

—Yo...no...¿Dudas...de lo que...d...d...dije...?...

—¡PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN!

Samato abrazó a su pareja con fuerza mientras hundía su cara en el cuello del último.

—¡ESTABA BROMEANDO! ¡LO JURO! ¡NO LLORES!

—N...no es de...hombres...

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Desde aquel día, Bakugou, Deku y Denki prometieron no volver a jugar con eso.

Mientras tanto Samato y Kirishima se encuentran en la habitación del primero, el cuál llenaba de besitos en la frente y en las mejillas y mimos y abrazos para calmar al último, el cual seguía sollozando, tuvieron que dormir juntos esa noche.