CAPÍTULO 2: CONFUSIÓN

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Narra escritora.

Nuevo día se hacía presente en la casa de los chicos. Todos habían dormido bien, como siempre, Samuel y Alex eran los que más temprano se levantaban y por lo tanto, les tocaba preparar el desayuno para sus compañeros. Pero hoy, sería la excepción.

La rubia también había despertado temprano, se dirigió hacía la cocina topándose con sus compañeros que se encontraban buscando las cosas para preparar un desayuno sencillo.

Elisabeth: Dejen que les prepare el desayuno.

Habló la chica, haciendo que Samuel y Alex se sorprendieran por la inesperada presencia de Elisabeth.

Samuel: Pero eres nuestra invitada, Elisabeth. Deja a los expertos en la cocina.

Dijo soltando una risa por la tontería que acababa de decir.

Elisabeth: Déjense de expertos, que no es molestia, me gustaría prepararles algo.

Alex: Al menos déjanos ayudarte, no queremos dejarte todo a ti sola, luego tu primo nos reclamará diciendo: "Pero tíos, ¿cómo le dejan todo a mi prima?"

El más pequeño puso su voz gruesa, haciendo burla a la voz que tenía el de tez morena. Haciendo que la rubia soltara una carcajada.

Elisabeth: Ya le diré que me ofrecí voluntariamente.

Samuel y Alex se miraron entre ellos, sabían que si seguían insistiendo iban a fracasar, era igual que su primo unos insistentes de mucho cuidado.

Alex: Bien, te dejamos que solo hoy hagas el desayuno, ¿vale?

Elisabeth: Ya verán que después de este desayuno querrán que les cocine todos los días.

Los chicos salieron de la cocina, dejando a Elisabeth sola. Se dispuso a sacar unos huevos, harina, mantequilla, nuez picada y leche.

Al terminar, todo en la mesa ya estaba colocado: cubiertos, vasos y platos. Colocó unos hot cakes y una jarra de naranja.

Elisabeth: Listo.

Dijo para si misma orgullosa de lo que había cocinado.

Elisabeth: Samuel.

Samuel: ¿Qué pasa?

Elisabeth: Ya está todo en la mesa, solo hay que llamar a los demás para que desayunemos.

Samuel: Ahora les llamo.

Pasado unos minutos, todos ya estaban sentados en la mesa para poder desayunar.

Maryan: Tiene buena pinta esto.

Jesús: La verdad es que sí, huele delicioso.

Adolfo: Ahora si hicieron algo diferente compañeros, ya me estaban cansando los huevos revueltos.

Dijo mirando a sus 2 compañeros con una sonrisa.

Alex: Nosotros no lo hicimos.

Adolfo: ¿Entonces?

Samuel: Elisabeth se ofreció voluntariamente para hacer el desayuno.

Elyas: ¿Tú lo hiciste, Eli?

Preguntó a la menor.

Elisabeth: Bueno, me gusta cocinar y quería preparar algo para todos ustedes.

Jesús: Gracias por tener el detalle con nosotros, Eli. Aunque debería ser al revés, eres nuestra invitada.

Elisabeth: No me cuesta nada, y me gusta hacer este tipo de detalles con la gente.

UNA VIDA DESPUÉS DE ELLA I  HERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora