Narra escritora.
Unos rayos de sol aparecían por las persianas de la habitación. Jesús fue abriendo los ojos poco a poco, en busca de su móvil, al encontrarlo lo prendió pero estaba descargado. A su lado se encontraba el mayor aún durmiendo, así que lo despertó.
Jesús: Herny, herny, herny.
Dijo moviéndolo de un lado a otro.
Jesús: Herny, herny, herny.
Solo recibía quejas del mayor.
Herny: Déjame dormir, Jesús.
Jesús: Ya es tarde, Herny. Debo irme a casa.
Herny: Pues vete macho, pero déjame dormir en paz.
Dijo para después taparse la cara con las sábanas.
Jesús: Nos vemos allá, puede que llegue más tarde, tengo que ir por alguien al aeropuerto.
Pero no recibió respuesta puesto el mayor volvió a quedarse dormido. Se levantó de la cama y se puso la ropa que se encontraba esparcida en el piso, al vestirse se percató que se impregnó el aroma de Herny, sonrió por aquello y salió de la habitación.
En el comedor, se encontraba un pequeño reloj de mano, así que lo agarró y checó la hora: 8:30 AM.
Salió de la casa lo más rápido posible, y tomó un taxi para el aeropuerto. Pagó al llegar, y se bajó corriendo, entró y ahí estaba él esperándolo con una enorme sonrisa.
Jesús: ¡Alberto!
Gritó de la emoción.
Alberto: ¡Jesús!
Y se abrazaron, Alberto era un chico un poco más alto que él, de cabello color castaño, piel blanca, un cuerpo bien trabajado, unos ojos verdes esmeralda y un tatuaje que abarcaba casi todo su brazo derecho. Todo un hombre para envidiar, y que sin duda, hombres y mujeres babeaban por él.
Al separarse, Alberto no pudo más con la emoción de ver a su pequeño ahí y le besó. Jesús tímidamente le correspondió, no les importaba que la gente les mirara.
El menor se fue separando de él poco a poco.
Jesús: Te extrañé bastante.
Alberto: Y yo a ti.
Jesús: ¿Quieres ir a desayunar?
Alberto: ¡Wuah! Me muero de hambre, la verdad.
Los dos se dirigieron a un restaurante que se encontraba fuera de aquel aeropuerto, pidieron y desayunaron. Platicaron de todo un poco. Al terminar, Jesús le propuso ir a su casa, para que dejara las cosas, se instalara y sobre todo, conociera a sus amigos.
Pidieron un taxi para regresar a casa, en el transcurso Alberto le preguntó a Jesús sobre Herny.
Alberto: ¿Has arreglado las cosas con Hernando?
Jesús: Supongo.
Alberto: ¿Cómo te la pasaste ayer?
Jesús: Bien de hecho, bastante bien.
Sonrió al recordar lo que había pasado esa noche.
Alberto: No le has contado, ¿verdad?
Jesús: No se lo he contado a nadie, Alberto. Hoy lo sabrán por primera vez.
Agarró su mano y la entrelazo.
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UNA VIDA DESPUÉS DE ELLA I HERSUS
FanfictionDespués de la muerte de Elisabeth, Herny decide buscar la felicidad y el amor en otra persona, sin darse cuenta que estará más cerca de lo que él cree.