CAPITULO UNO

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Me encontraba acostada en el piso de mi habitación, me sentía tan aburrida, quería salir a jugar o hacer cualquier cosa divertida pero mis padres estaban hablando con unas personas importantes y cuando había visitas no se me permitía salir de mi cuarto.

Tocaron la puerta y vi como mi niñera entraba para darme la merienda, ella se acerco a lo que me levante y me senté en mi cama

-Yusura-san ¿ya se fueron?

-No aun no _____- chan, pero creo que no tardaran dijo mientras se sentaba a mi lado 

-Yusura-san no entiendo  ¿por qué no se me permite salir?- pregunte mientras me recargaba en su hombro 

-Sabes que afuera existen muchos peligros y aunque el reino de la luz es el mas poderoso de todos los reinos existen personas dispuestas a hacer lo que sea para llegar al trono y tu querida podrías ser uno de sus blancos al ser la única heredera.-

Y eso era cierto, aunque tuviera seis años entendía el gran poder que el reino de la luz poseía, eramos respetados por los feudales y Kages, sin embargo la envidia y la codicia humana hacían que también fuéramos objetivos de intentos de ataques en busca de ocupar nuestro lugar.

Era por eso que al ser la heredera al trono del reino de la luz sentía un gran deseo de proteger estas tierras, a su gente, sin embargo no se me permitía ir a reuniones reales ni mostrar mi rostro en ninguna circunstancia, claro que el pueblo del reino de la luz y la aldea escondida entre el sol sabían que sus reyes tenían una hija pero no sabían de su apariencia, lo mismo paso con mi madre cuando era una princesa y lo mismo con mi abuela, esto era normal pues las personas de aquí tienen el deber de proteger a la familia real, había leído que cada aldea y reino tiene a su propio gobernante y que los Kages eran personas muy poderosas, sin embrago aquí es diferente, aquí solo gobierna la familia real, mi madre y mi padre, ademas de que ellos no son ninjas ni nada de eso creo que ni siquiera saben algún tipo de jutsu, aquí nos manejamos por la monarquía y el pueblo tiene que defendernos.

Termine mi merienda, mi niñera salio con las sobras, pero no tardo ni cinco minutos en volver para avisarme que ya podía salir.

EL REINO DE LA LUZ (Gaara y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora