Capítulo 3

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-Hija, me alegro que llegaras a salvo a casa. No debiste salir con este clima.
- si mamá, lamento preocuparte... No volverá a suceder. - Su entrenador era demasiado para ella pensó, aún así suspiro en su casa al recordar lo lindo que era.

Aparco el auto y con calma bajo tomando sus cosas, noto que habían unos audífonos rosa.

-llegué, donde esta el nuevo?
-hola, soy kaminari. Supongo que usted es Bakugou
-si, si vamos a lo que viniste, o pero antes-se dirigió a su secretaria- quiero el número de Uraraka ochako
-¿desea que le deje un mensaje?
-dame su número
-¿se lo puedo hacer saber señor bakugou, estaria bien?
-QUIERO  SU PUTO NÚMERO DE TELÉFONO!!

La secretaria lo miro atónita aun.

Ya en pleno entrenamiento su cabeza no dejaba de pensar en dos cosas:

1- este tipo era muy lloron y lo ponía de malas
2-¿por que le parece tan jodidamente linda esa chica?

Y es que no estaba logrando que su  mente la dejara de lado , solo pensaba en que la quería ver de nuevo, que debía intentar una escusa para verla por que hace 3 horas la vio y ya la quería ver de nuevo.

-mierda lo estás haciendo mal!!

Mientras tanto Uraraka se ponía al corriente con sus deberes de la escuela, estaba raramente emocionada. En realidad cualquier cosa que hubiese tenido que hacer lo habría hecho de la mejor mejor manera.

"Rayos... Creo que me esta comenzando a gustar"

Ya de noche, con su pijama y sus dientes lavados decidio dar una caminata corta a la vuelta de la manzana. El aire fresco le haría bien para despejar su mente de tantas cosas.

O tal vez no.

En su estacionamiento estaba el rubio apoyado en el auto con el teléfono en el oído, seguido sonó su teléfono. El al darse cuenta de que el sonido venía desde cerca se giro y la vio atónito.

-Hola entrenador
-Hola, quieres dar un paseo?
-conmigo, enserió? Por que?
-maldición, no puedes simplemente aceptar y ya?
-esta río - tiene razón, lo siento, lo siento. Me encantaria entrenador.

En el momento en el que entro en el auto se sintió fatal, se veía fatal, como pensó en aceptar luciendo tan mal. Su pijama era solo un shor y una blusa vieja lo que hacía resaltar partes de ella que realmente no quería ni siquiera ella ver. Pero aún así trago sus inseguridades y se puso el cinturón.

-¿y a donde iremos?
-a donde quisieras ir?
-a comer comida mexicana entrenador. Pero se que esta muy mal.
-me gusta, vamos.

"Kacchan tu eres como la comida picante, se ve bien pero vaya que te llevas una sorpresa ajaja. "

El lugar favorito de comida picante estaba lleno de gente, era un viernes y la gente se reunía con sus amigos en ese famoso lugar.

-pediré una mesa.
-espera. - con los complejos que tenía en ese momento le fue imposible dejar de sostener en cinturón. Constaba mucho de por sí salir como usualmente lo hacía ahora en presencia de alguien como bakugou que por cierto iba tan bien arreglado.
-que sucede cara de angel? Digiste... - no, no están furioso, comprendía las inseguridades, trabajaba con chicos y chicas así solo que el no abordaba el tema psicológico tan bien. - lo siento, mejor pasemos a uno con servicio a auto?
-por favor. - esa fue su pequeña salvación.
-se como soy, soy una mierda. Pero no lastimo personas, ni físicamente, ni mental mente. Así que dime, cuando te sientas mal, entiendes?
- si entrenador!! - el es una persona increíble pensó.

El aire en su rostro le daba una sensación deliciosa que no sentía hace días, estaba con muchas cosas en la cabeza pero no quería cuestionar nada. Tal vez como todos, el solo quería hacer una buena amiga.

Después de conversaciones tribales se dio cuenta de lo tranquilo que se veía sin mostrar emociones, simple hablaba recostado en el auto bebiendo café helado y respondiendo a sus preguntas. Claro fue la solpresa de que estuviera siendo sincero con ella, y es que no entendía muy bien el por qué de por qué ella también lo estaba siendo.
Se podría decir que se hablo de todo, a excepción de dos, kirishima y deku.

-Mierda, mira la puta hora. Debo dejarte en casa.
-¿queeeeee?¿ Son las 3am? - el la miro enojado, pero luego sonrió malvadamente.
-E-entrenado no puedo llegar a esta hora, mis padres de verdad me mataran!! Ellos ya deben pensar que llegue y me acosté!!
-...

Uraraka puso sus manos en su rostro frustrada, nunca había sido una hija irresponsable ni de las que llegan o no llegan a casa. Podría entrar a escondidas pero ay donde sus padres la vieran, los defraudará totalmente.

- no crees que estas exagerando cara de ángel?
-no me digas cara de ángel, mierda! - volvió a sonreír malvadamente ante ese insulto a el
-entonces? Duerme conmigo esta noche Uraraka. - sus ojos, pasmados, lo giraron a ver intensamente e indignadamente le dijo que no. - no veo otra opción, vamos a mi casa, te llevo en la mañana y dices que fuiste por el desayuno¿ lo ves? Todo perfecto. - se recostó cómodamente de nuevo a beber café.
-pe pero entrenador, como podría dejar que me quede nisiquiera nos conocemos bien.
-así nos iremos conociendo bien. - no giro la cabeza, solo giro los ojos a su dirección para conectar con su mirada mientras aún tenía el pitillo en la boca.

En el camino su mente le decía peligro por todos los menos posibles, literalmente estaba con alguien que poco conocía en la madrugada en dirección a su casa a dormir en su casa, con el en su casa. No, no, eso no podía estar bien. Aún así no dijo una palabra mientras entraban a un lujoso condominio y el hablaba sin que ella pudiera asimilar, era un lugar precioso, y mientras era empujada por el ya que atónita no avanzaba. Se vio ya dentro con el, cerrando la puerta principal.

-quieres alguna... Cosa? - debería ser caballeroso? - deja de ver el puto techo o se te va a caer cara de ángel.
-lo lo siento, es todo muy hermoso entrenador, ¿pero donde dormiré?
-vamos.

Era la habitación de huéspedes, solo de huéspedes, con jacuzzi, y multiregadera inteligente. Oh y una vista a la ciudad que no dejaba nada más que desear.
-alexa, cierra las cortinas. - y las malditas, se cerraron.
-dios.
-dinero.
-duerme, debemos ir temprano a tu maldita casa.
-no, no está es una maldita casa.
-si, si ya me marchó carajo!
-alexa, abre, cierra, abre, cierra, abre, cierra.

La alarma sonó, la levanto lo posible delicado que pudo y se marcharon a su rutina diaria.

-gracias entrenador.
-Solo dime Bakugou maldita sea.
-esta bien, gracias por todo!!! Lo veré pronto!!!


Gracias por leer 🖤

 La Gorda Uraraka. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora