1.~Número Desconocido

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Hay días en que al despertarte sabes que será un mal dia. Te levantas de mal humor y ya nada puede ir bien. Ese fue uno de esos dias. Por alguna razon, cuando me desperté estaba enfadada con el mundo. Era sábado, y los sábados suelo estar dormida hasta la hora de comer, pero ese dia me desperté a las ocho, y supongo que eso no ayudó, porque me habia ido a dormir a las cinco y media de la madrugada, y si duermo poco no hay quien me aguante.

El caso es que no me pude volver a dormir, así que no quedó más remedio que levantarme.

Despues de vestirme con mi camiseta favorita, la que me regalaron el mes anterior por mi décimo quinto cumpleaños, y unos jeans tejanos, además de mis Converse, salí de mi habitación dando un fuerte portazo y fui a la cocina a desayunar. Allí estaba mi madre, comiendose un yogur sin azúcar.

–¡Vicky!–Me llamó ella sorprendida.–¿Estás despierta a estas horas?

–No, mamá, es que soy sonambula.–Respondí irónica.–Pues claro que estoy despierta, ¿es que no me ves?

–Creo que alguien se ha levantado con el pie izquierdo.–Dijo ella mientras tiraba el yogurt vacío a la basura.

–Mamá, mi cama está pegada a la pared, la única manera de levantarse es con el pie izquierdo, a no ser que hagas Matrix.–Mi lado insoportable había salido a la luz, y al parecer a mi madre le gustaba retarlo.

–Por dios, hija, era una expresion, me referia a que estas de mal humor.

–Ya se a que te referias.–Antes de que mi madre pudiera contestar, mi hermana pequeña entró a la cocina con su mono de peluche. 

–Buenos dias, Zoe.–La saludó mi madre. Que ella se despertara pronto no era raro, siempre lo hacia desde que en el colegio le dijeron que si no madrugaba un hada moriria.

Cogí mi plato de los Telettubies, que tengo des de los cinco años y saqué de la nevera la mermelada de fresa, mi favorita desde que la prové por primera vez en las vacaciones de verano en mi noveno cumpleaños, en Tenesse.

–¡Yo quiero ese plato!–Bramó Zoe.

«Y una mierda, este es mi plato» Pensé sin dudarlo un instante.

–No, este es mi plato.–Le dije y ella empezó a llorar.–Madura niña, yo lo pedí primero.

–Victoria Marie Jones Wood!–Gritó mi madre. «Oh oh, el nombre completo, mal asunto.»–Dale ese plato a tu hermana. ¡Solo tiene seis años, por dios!

–Mami, yo ya soy mayor, muy mayor.–Dijo Zoe al oir la palabra solo.

–Sí, por supuesto que eres mayor, cielo.– La tranquilizó mi madre dandole un beso en la frente y palmaditas sobre la cabeza.

«¡Ni que fuese un perro!»Exclamé en mi mente.

–Estúpida consentida.–Me quejé dandole el plato a regañadientes.

–¡Victoria! ¡Fuera de casa! ¡Ahora!– Gritó mi madre enfadada. «¿Me está echando de casa?»

–Pero...–No tuve oportunidad de responder porque enseguida me cortó.

–¡Ni pero ni nada! ¡Vete a dar una vuelta, sal a que te de el aire, y no vuelvas hasta que te calmes!–Bufé con desgana y juro que vi a mi hermana Zoe aguantandose la risa y me dieron unas ganas tremendas de atizarla en el hombro y no precisamente suave y muchísimo menos cariñosamente.

Salí de casa con un gran y sonoro bufido de frustacion dando a entender a mi madre que cansaba tener una hermana pequeña.

«Encima me he dejado el móvil dentro... Vaya día tienes hoy tía.»

INEVITABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora