Razón 5°: Celoso

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10 de Marzo

Lista de las diez principales razones para no enamorarse de James Potter por Lía Browens.

1. Tiene la madurez de un niño.

2. El 99% de su cerebro solo piensa en bromas (para los Slytherins)

3. Tiene el romanticismo de una marmota.

4. Le tiene pánico a las tormentas. (Nota: eso cuenta como una razón Lily, te guste o no)

5. Celoso. (En extremo)

Ya habían pasado cerca de quince días desde aquella noche en la que James casi nos mataba de un infarto, tanto a su hermana como a mí, y parecía que todo había vuelto a la normalidad entre nosotros tres. Después, claro está, de que Lily le gritara durante más de una hora cuando regresamos de nuestra noche en la Sala de los Menesteres. Nunca la había vista tan enojada y durante una fracción de segundo, me pareció ver en ella a la Señora Weasley -la abuela materna de los Potter y todos los Weasley- que tenía la misma expresión de furia contenida cada vez que les echaba la bronca a alguno de sus hijos o nietos. 

Aunque, para mi suerte, yo nunca había sido el blanco de su furia. 

Pero después de aquella conversación -por qué no se me ocurría que otro nombre darle-, simplemente fingimos que nada había pasado. James y Lily decidieron que lo mejor era que se quedara como un pequeño secreto entre nosotros tres, razón por la cual, ni siquiera Albus sabía sobre la momentánea desaparición de su hermano mayor.

Y por primera vez en días, podía relajarme.

Era Domingo y como todos los fines de semana, los estudiantes de tercero hasta séptimo tenían permiso para ir de excursión al pueblo mágico de Hogsmade. Y yo, por primera vez en todo el curso, tenía una cita.

Era extraño que fuera la primera cita que tuviese, teniendo en cuenta lo avanzado que estaba el curso, pero suponía que tenía algo que ver con el hecho de que a finales de sexto, mis buenos amigos Fred y James -inserten aquí el sarcasmo en lo de "buenos amigos"- habían declarado delante de todo el Gran Comedor que cualquier chico que me pidiera una cita a mí, a Lily, o a alguna de las chicas Weasley, sería el objeto de las bromas de Los Merodeadores durante todo el curso siguiente.

Aún no entendía el por qué lo habían hecho, pero había sido una amenaza efectiva.

Al menos en mi caso. En el caso de Lily no tanto, ya que ella llevaba saliendo con Scorpius Malfoy desde tercero y ningún chico con instintos de supervivencia pensaría en acercarse a la pelirroja. Malfoy era realmente temible cuando alguien intentaba hacerle algo a su novia.

Sonriendo levemente al recordar aquel día, me acomodé mejor en la silla, a la espera de mi cita.

Apenas cinco minutos más tarde, el chico aparecía en la puerta de las Tres Escobas, vestido al más puro estilo muggle. 

Era realmente increíble que la palabra muggle se mezclara tan bien con aquel chico. Sobre todo, cuando se trataba de un Slyherin.

A diferencia de muchos de mis compañeros de casa, no solía darle importancia al hecho de que una persona fuera Slytherin o Gryffindor para hacerme amiga suya. Scorpius era un buen ejemplo de como una serpiente podía ser dulce y amable. Y el chico con el que había quedado hoy era la prueba viviente de que existían Slytherins valientes. Porque siendo sincera, había que tener mucho valor para desafiar a "Los Merodeadores" -a buena hora se le ocurrió al señor Potter hablarle de ese grupo de bromistas a su hijo mayor-, cuando estos eran conocidos por cumplir sus promesas de venganza. Sobre todo si eran en contra de algún Slytherin.

10 Razones para NO EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora