Eᒪ ᑕOᖇᗩᘔOᑎ ᗪE ᑌᑎᗩ ᔕIᖇEᑎᗩ 🐚 KOOKᗰIᑎ

Capítulo IX : el capitán Kim

No estaba claro cuánto tiempo había pasado desde que Jungkook y Taehyung fueron atados y abandonados en la cubierta para que el resto de la tripulación traidora se burlara de ellos. Jungkook había estado contando las veces que había salido el sol y luego se había puesto de nuevo, pero perdió el rastro después de unos tres días.

Al menos tres días sin forma de saber qué había sido de Jimin. Su palma había ardido con una intensidad tan severa que había llorado el primer día, pero desde entonces había disminuido, lo que dejó un latido debajo de su piel que no podía ser un buen augurio.

Taehyung seguía sentado con la cabeza inclinada, aunque en este punto era más por deshidratación y agotamiento que por la oración a sus dioses. Con las mordazas metidas en la boca, no había forma de que los dos se comunicaran por otra cosa que no fuera la ocasional mirada de impotencia cuando los otros no estaban mirando.

Jungkook había estado en situaciones que parecían no tener salida antes. No era ajeno a la desesperación y la desesperanza, pero en el pasado nunca había tenido una razón real para continuar luchando más que su obstinada voluntad de sobrevivir. Ahora ... Ahora tenía algo más que lo impulsaba, algo que era más desinteresado de lo que estaba acostumbrado, y tal vez era lo único que le impedía rendirse por completo y rogarle a Junho que lo matara.

No podía morir aquí. No cuando Jimin todavía estaba perdido para él.

"Nos estamos acercando a la isla, Capitán", dijo Taeha, y Jungkook levantó la vista, todavía no acostumbrado a que el "Capitán" fuera utilizado por alguien que no sea él mismo.

Junho asintió, lanzándole una mirada lastimera a Jungkook. "Bien", dijo. "Este barco necesita ser limpiado de su basura".

Todo esto estaba mal. Junho no era el capitán de este barco; Jungkook lo era, y cuanto más tiempo pasaban aquí así, más lejos navegaba Jiwon con Jimin atrapado a bordo.

Si aún vive, una voz desagradable siseó en el oído de Jungkook.

No. No, aún debe vivir. El debe. No sabía cómo estaba tan seguro de esto; lo último que vio de Jimin fue su captura, y ciertamente no poseía nada de la clarividencia de Taehyung, pero algo dentro de él lo tranquilizaba de que Jimin todavía estaba vivo.

Si no fuera por eso, seguramente ya se habría rendido.

"¿Estás seguro de que no podemos matarlos? Esto parece demasiado cruel ", dijo Taeha.

"Piensa en lo que ha hecho", dijo Junho. "Nos arrastró por todo el infierno y regresó para encontrar el tesoro del Dragón, obligándonos a albergar una sirena, y luego su tesoro no fue más que el oro y las gemas habituales. Nunca se preocupó por ti, así que ¿por qué deberías preocupar tu cabecita por él?"

Taeha consideró esto, y al final no dijo nada.

Jungkook fulminó con la mirada la parte posterior de la cabeza de Junho, maldiciéndole en silencio. Siempre se había preocupado por su tripulación, pero fueron ellos quienes lo obligaron a dejar de confiar en ellos. Al final lo habían traicionado, y aunque lo había visto venir, todavía se sentía como un cuchillo en la espalda sentarse aquí y escuchar a su tripulación hablar de él como si nunca hubieran sentido respeto por él como capitán.

Todo este tiempo lo habían estado siguiendo, lo habían visto como un niño imprudente que solo pensaba en sí mismo.

Supuso que por eso se dirigían a esta remota isla tan lejos de la civilización con la intención de dejar a Jungkook y Taehyung abandonados allí hasta que finalmente se volvieran locos o se ahogaran. Incluso al Capitán Li se le había otorgado un destino más amable de ser apuñalado antes de ser arrojado por la borda, y el Capitán Li era odiado por todos ellos.