capítulo 12: noche afiebrada

1.9K 110 5
                                    


Natalia

Con mucho sudor y lágrimas pudimos lograr que Theo coma saludable, así que preparé rápidamente un poco de puré de zapallo y me senté junto a el.

- Sabes, nunca creí que me gustaría tanto hacerle comida a un bebé y mucho menos pasar tanto tiempo con uno

Lo miré atentamente, cada facción de su rostro me recordaba a mi hermano, y esos ojitos iguales a los de María. Era una linda combinación de ellos, sonreí al saber que vivían a través de él.

Después del tercer bocado, Theo se negaba a seguir comiendo y eso no había pasado nunca. Intenté varias veces, pero su cara llena de alegría se transformó en dolor.

- ¿Que te sucede pequeño? – le toqué la frente y estaba muy caliente - Tienes mucha fiebre

¿Y ahora que hago? Comencé a caminar alrededor del sofá intentando relajarme, sin resultado. Miré mi celular y no dudé en llamar a Alba que justamente estaba cenando con su pediatra.

Alba

- No me puedo creer que no hayas venido nunca – pinché con mi tenedor un trozo de zanahoria y lo llevé a mi boca

- No solía salir a cenar, mi ex mujer cocinada así que no salíamos mucho

¿Ex mujer? Eso no me lo esperaba.

- ¿Estabas casado? – oculté mi cara de asombro bebiendo un poco de vino

- Si, me divorcié hace dos años

Mi móvil sonó una vez, lo ignoré.

Dos veces, lo ignoré.

A la tercera tuve que hacer algo.

- Perdona, creí que lo había apagado

- No importa, atiende tranquila

Busqué en mi bolso hasta que conseguí encontrarlo

- Natalia es mi noche libre

- No te llamo a ti, llamo al doctor amor

No entendía para que quería hablarle, pero con tal de apurar esa conversación y volver a la nuestra, no lo dudé

- Bueno, ya te lo paso

Le estiré mi teléfono

- Lo siento, quiere hablar contigo – Lo miré haciéndole un gesto de no entender – será algo de Theo

Me miró confundido y recibió la llamada

- Hola – se quedó unos segundos- podrían ser un par de cosas. Llévalo a urgencias, el doctor Capde debe estar de guardia. Le llamaré y le diré que vas así no te hacen esperar, nos vemos allí en una hora – Colgó

- Theo tiene mucha fiebre, tardará mínimo una hora así que podemos terminar de cenar

- Tenemos que irnos

Me levanté del asiento, sostuve mis pertenencias y salí del lugar disparada como una bala.

Natalia

Al llegar el medico ya nos estaba esperando, nos llevo hacia el consultorio de Rodrigo y comenzó a revisarlo.

Un golpe fuerte me sacó de mis pensamientos, al ver hacia la entrada estaba Alba, apenas podía respirar de lo agitada que estaba

- Vine lo más rápido que pude – Se tocó el pecho para controlar su respiración

- Ven – Toqué el asiento a mi lado para que se siente a lo que ella respondió de inmediato – está todo bien, intenta respirar

El doctor Capde se fue hacia una esquita para hablar con Rodrigo y nuestras caras cambiaron. Alba apoyó sus manos temblorosas en mi pierna cuando terminaron la conversación. Rodrigo despidió al doctor y se acercó hacia nosotras

- Theo tiene una infección urinaria, van a ponerle una vía para administrarle antibióticos y que la medicación entre más rápido en su organismo – primero nos miró a ambas, pero luego toda su atención estaba dirigida a la rubia- pasaré mañana a primera hora, a ver como está

Le agradecí y me alejé para darles espacio. Había algo de el que no me terminaba de gustar, pero esta noche fue de gran ayuda porque sola me hubiese vuelto loca, así que hice tregua.

Aun así, escuchaba y veía de reojo lo que hacían.

- Muchas gracias

- Bueno, estaba deseando llevarte a casa -sonrió- lo había imaginado mentalmente

Comencé a escuchar silencio, luego ruidos. Cuando miré, se estaban besando.

Intente enfocarme en las caricias hacia Theo, pero no lo lograba con esos sonidos de labios chocando. Suspiré abrumada, acomodé el asiento para quedar junto a la cama y allí me quedé, intentando controlar mi malestar.

- Ha sido mejor de lo que había ensayado – ambos sonrieron como idiotas – Luego te llamo

- Está bien – lo abrazó- Gracias, de nuevo 

Bajo mis reglas | Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora