Mi Primer Amor ~•Destiel•~

8.

Castiel:

Nunca me avergonzó donde vivíamos, tampoco me había preocupado el dinero, sabía que no eramos ricos pero no sentía que nos faltara nada... Hasta que Dean Winchester llamo mi jardín "un completo desastre"; de hecho no creí que aquellas palabras me afectaran, claro, fui muy iluso ya que ese mismo día durante la cena no pude evitar darle vueltas al asunto y de forma indirecta trate de convencer a mis padres para que arreglaramos el jardín.
Lo que no sabía era el rumbo que tomaría aquella conversación.

– papás, creo que sería lindo arreglar el jardín –mire a ambos mientras usaba un tono de voz casual, como si aquel pensamiento se me hubiese ocurrido de repente y no lo llevara pensado tanto.

– ¿qué? –mi padre fue el primero en responder pero con otra pregunta, también note como poco a poco su expresión se tornaba a una de incredulidad.

– sí, ¿cuanto pueden costar las semillas de césped? Quiero sembrarlo y tal vez algunas flores e incluso poner una cerca –comence a divagar.

– hijo, eso es mucho trabajo –mi papá hablaba con tranquilidad pero aun así por mucho que tratara de disimular podía entrever una pizca de nerviosismo.

– puedo pagarlo con lo de los huevos.

– no, tu no pagaras; el casero es quien debería encargarse de todo eso –mi padre señalo toda la casa mientras empezaba a molestarse.

– pero no lo hace... –susurré jugando con mi comida– es mi casa y así se ve mal.

– Cas, ¿qué sucede?

– nada.

– tranquilo hijo –mamá me sonrió de lado y tomo mi mano en un gesto de compresión– puedes decirnos.

– los Winchester han tirado los huevos porque temen a la salmonela porque el jardín esta horrible.

– ¿fue Mary quien lo dijo? –pregunto mi madre horrorizada, claro, ella no quería que aquellas palabras rondaran en los pensamientos de una persona de su clase.

– no –negue inmediatamente y baje mi mirada avergonzado de solo recordar– fue Dean.

– debió ser una discusión familiar, a ese muchacho no se le habría ocurrido –continuo mi madre como defendiendo a Dean y bastante incrédula de que un chico como él fuese capaz de creer algo así.

– ¿y ellos a quien le interesan? –fueron ahora mis hermanos quienes se incluyeron en la conversación.

– a mi sí –nuestra madre comenzó a ponerse a la defensiva.

– amor, no salgas con eso –papá ya estaba comenzando a hartarse de aquella conversación y buscó la manera mas sencilla de salir de aquel embrollo y poder cenar en paz, pero mi madre muy difícilmente dejaría pasar aquel tema, después de todo, lo que dijese Mary Winchester era sumamente importante para ella de la misma manera que las palabras de Dean lo eran para mi.

– ya me canse de vivir así, Chuck. Me cansan los trabajos temporales para poder pagar las facturas y me canso de poner la silla contra la lavadora para que esta no se abra, me canso de pedirle la aspiradora a Jody cada que la nuestra se descompone porque... –mi madre pudo haber seguido con aquella larga lista de defectos en nuestra vida sino fuese porque mi padre la interrumpió alzando la voz por primera vez en años.

– ¿¡y tu crees que esta fue la vida que imagine para nosotros?! A veces tienes que sacrificarte para hacer lo correcto y siempre hemos dicho que una institución privada para mi hermana es lo correcto.

– ¡tal vez deberíamos comenzar a pensar que es lo correcto para nosotros! –esta vez fue mi mamá quien alzo la voz.
Yo solo veía a ambos comenzando a asustarme por como esto se estaba tornando. – ¡nuestro hijo sufre porque no arreglamos nuestro jardín!