➡¿Conocías el dicho "Toma tu comida como su fuera tu medicina, porque después deberás comer tu medicina como si fuera tu comida. . ."
Bueno, ese es el caso de Issei Kira; gracias a un síndrome que la condena a cumplir con citas médicas semanales, i...
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Se negó de nuevo a colocarse la gorra y a ajustarse los cordones. Sacudió sus pies buscando fastidiar, y simplemente se bajó de la silla y caminó descalza hacia la salida de la habitación.
—–Kira...—reprendió Tadaomi, con un poco de cansancio.—–Sé que no te agrada, pero es obligación de todos los estudiantes asistir.—mencionó levantándose del suelo.
El día de hoy, había una asamblea general de todos los estudiantes. Al menos una vez al mes se realiza ésta actividad por orden del director Asano, y todo estudiante de Kunuguginaoka debe de asistir por obligación, sin excepciones. Ese día, ese horrible y aburrido día en el que todas las clases se reunirían para quien saber que demonios, y Kira debía encontrarse otra vez con aquellas personas que le hacían la vida imposible. Si ella odiaba algo, era ese aburrido día, porque odiaba estar sentada durante horas escuchando, o también tener que ignorar los comentarios de otras personas expresando su lástima o incluso sus burlas. Por esa razón, ella se rehusaba a ponerse los zapatos y el gorro para el sol que su tío le pedía colocarse.
—–No quiero.—se negó ella, cruzada de brazos y dándole la espalda a su tío con actitudes muy infantiles.
—–Kira...—suspiró, acercándose entonces a colocarle el gorro a su sobrina.—–A mi tampoco me gusta asistir, pero es nuestra obligación, además, sería injusto que todos tus compañeros de clase fueran y tú te quedaras jugando con el pulpo.
—–Pero es muy aburrido...—se quejó ella, acomodándose el gorro y los zapatos.
Karasuma llevó una mano a masajear su frente. Sí que era algo difícil hacer que ella entrara en razón, y si seguían tardandose iban a llegar tarde. Irina, quien también estaba ahí en la sala de maestros, observaba la escena con molestia. Ella bufaba impaciente.
—–Bueno, ya déjala, Karasuma. Si ella no quiere venir, que se quede aquí y vámonos.—sonrió ella, tomando el brazo del azabache y apegandolo a su pecho.
Kira al notar tal acción, no tardó en colocarse los zapatos, acomodarse la gorra y mirar a su tío con su típico gesto inexpresivo y serio. Estaba lista para irse. No podía permitir que esa mujer rubia se quedara con toda la atención de su tío. Sólo ella debía tenerla, y además, tampoco le agradaba lo entregada y seductora que era esa mujer. No le daba una muy buena espina, y tenía una especie de guerra por la atención del hombre joven. Sonrió mentalmente cuando escuchó con orgullo como Bitch sensei se retorcía en rabia, pues Karasuma se había desviado y soltado de ella para irse con su sobrina, quien ahora caminaba a las afueras de la cabaña para reunirse con todos.
