➡¿Conocías el dicho "Toma tu comida como su fuera tu medicina, porque después deberás comer tu medicina como si fuera tu comida. . ."
Bueno, ese es el caso de Issei Kira; gracias a un síndrome que la condena a cumplir con citas médicas semanales, i...
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—–Nee, tío Tadaomi, ¿por qué tardas tanto? Ya es hora de ir...—la joven Kira se interrumpió a sí misma, al ver en la sala de maestros al mismo ser que detestaba con toda su alma, siendo su primer pecado haber tenido como hijo a un acosador.
Bueno, tal vez no así, pero de todas formas, era un acosador y sociópata de mierda.
Anteriormente en el salón, Kira ya había terminado de limpiar junto con sus demás compañeros, por lo que poco a poco cada uno fue abandonando el salón. Kira era la única que seguía ahí, aparte de Nagisa y Kayano. A diferencia de todos, ella debía esperar a que su tío saliera de la sala de maestros para irse. Tenía prácticas en el estudio de danza y no podía llegar tarde, de lo contrario, no podría competir para obtener ese solo en la competencia regional de la próxima semana. En vista de que su tío aún no salía, ella decidió ir a buscarlo por su cuenta, preguntando en voz alta por él y encontrándose con una figura oscura. El director Asano.
De forma inconsciente, los puños de Kira se cerraron en realidad con mucha fuerza. Clavaba sus uñas en sus palmas, en busca de aminorar las ganas que tenía de golpearlo. ¿Porqué? Es muy simple: por ser un hombre que es igual que su madre. Discrimina, rechaza, insulta. Claro que eso a Kira, viniendo de un ser que para ella es inútil, le da igual, pero, no siempre fue así. Ella aprendió a tener cabeza fría, pero, por más que lo oculte, aveces las palabras y la lástima de otros logra herirla.
Él hablaba de hormigas, de un cubo o de quien sabe qué carajos hablaba él. A Kira no le importaba en lo más mínimo volver a oír esa profunda y áspera voz que hacía que sus oídos la molestaran. Ahora no tenía tiempo para esperar a que su tío terminara de escuchar.
La violeta solamente sacó su teléfono y le envió un mensaje a su tío, diciendo que ella se iría por su cuenta y tomaría el metro para llegar al estudio de danza, de lo contrario, llegaría tarde y recibirá un regaño del entrenador. Kira levantó la mirada del teléfono para ver que reacción tendría su tío con respecto a su mensaje, pero lo único que vio fue a él guardando su teléfono. Ésto logró que Issei se fastidiara.
Se giró sobre sus talones e ignoró por completo los susurros de Nagisa que le pedían que esperara un poco, y sin más comenzó a caminar en dirección a la salida. Pasó por el bosque, hasta llegar al casco urbano. No había otra cosa que hacer, llegaría temprano si tomaba un taxi o el metro. Por lo que siguió con su caminata hasta la estación, donde se encontró con el pelirrojo a una leve distancia de ella. Kira no le prestó atención, realmente no le importaba. Ella prefirió observar las vías, fijarse en ellas, pasar su mirada por ahí una y otra vez. Sería una muerte rápida e indolora, sin sufrimiento. Ni siquiera le daría tiempo para reflexionar sobre sus pecados o su pasado. Podría acabar finalmente con su miseria, dejando atrás muchas cosas...
