II

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30/04/2020

18:00. Madrid.

Entramos en el hall y nos dirigimos hacia el recepcionista que estaba en su puesto de trabajo.

¡Hola! —Saludamos las dos a la vez.

Buenas, ¿en que puedo ayudarlas? —Nos pregunto siendo lo más majo posible.

Reservamos una habitación a nombre de Irene —Contestó mi amiga.

Facilitamos todos los datos y el recepcionista nos dio la llave con el número de la habitación.

Subimos por el ascensor hasta la octava planta, buscamos entre las dos la habitación 243.

Cuando encontramos la habitación entramos y comenzamos a quitarnos los sujetadores, las bambas y como buenas niñas empezamos a saltar en la cama, no hay nada mejor que probar la cama del hotel con un hiper salto. Si, a veces nos creíamos mas niñas de lo que verdaderamente nuestra edad marcaba por defecto.

Cuando ya por fin dejamos de hacer el tonto nos tumbamos en la cama y miramos todas las cosas que teníamos que hacer o que al menos nos gustaría ver, ya que Irena sabía perfectamente que marcarme a mi un horario con todo apuntado era lo peor, no me gusta hacer cosas a presión o tener todo cuadriculado o al menos no en vacaciones, pero en este mismo momento teníamos tooooooda la tarde para nosotras y lo único que me apetecía en ese momento es fumarme un cigarro mientras mi amiga dejaba las cosas en el armario y cotilleaba todos los cajones del hotel.

¿Tienes hambre? — Le dijo con una cara de pena dando atender que yo tenia muchísima. Desde que nos pedimos algo en el avión a las 15:00 no habíamos probado bocado.

La verdad es que si, ¿Donde vamos? — Me pregunto haciendo pucheros.

Damos una vuelta y pillamos algo por ahí, creo que hay una cafetería cerca de Malasaña que esta muy bien, fui con mis padres la vez que vine con ellos, aparte tengo que hacer una visita a un amigo. — Le dije mientras me ponía las bambas.

¿Que amigo? — Me pregunto con duda.

Ese que te conté. — Hice un gesto con la mano que daba a entender que significaba un p0rro.

Aaaamiga.—  Cogió la llave de la habitación conjunto con el bolso y yo la riñonera.

19:20.

Dimos una vuelta por todo el barrio de Malasaña, era precioso, muy vintage y muy de barrio como decimos en mi pueblo. Encontré la casa de mi amigo, bueno del amigo de un amigo y subimos en un momento y en menos de 10 minutos ya tenía lo que quería y nos dirigíamos hacia la cafetería. La verdad es que el hotel era muy céntrico y teníamos Malasaña a unos 20 minutos caminando del hotel.

Nos sentamos en una mesa fuera, en unos 5 minutos que me dio tiempo a liarme el cigarro la camarera ya estaba preguntando que queríamos.

Hola, buenas tardes ¿Que desean tomar?— Nos pregunto la chica un poco mucho borde.

Buenas, un café con leche y un zumo de melocotón, un bocadillo de queso para compartir ¿no? —Le pregunte a mi amiga aunque ya sabia la respuesta, siempre nos pedimos lo mismo.

Sí, perfecto. —Sonrió mi amiga, pero la camarera ni se dio cuenta ni dijo gracias cuando se fue con nuestra comanda. —Un poco borde era, se parecía a ti cuando te levantas por la mañana.

Si, te iba a decir lo mismo, o cuando me toca presentar los trabajos de la universidad a primera hora. —Nos reímos las dos, cuando en 3 minutos ya estaba nuestro pedido en la mesa.

20:15

Nos acabamos el pedido y nos trajo la cuenta, una vez pagada decidimos ir a buscar un parque lo mas cerca posible del hotel para poder yo fumarme mi p0rro tranquila.

Como ya he dicho, estudio en la universidad, pero estudio la carrera derecho para poder ejercer más adelante de abogada, lo malo es que no podía tener antecedentes, osea que si podía ahorrarme una charla con los policías pues muchísimo mejor. Si, se que es un poco contradictorio, estudiar leyes para luego saltármelas, pero es ahí donde esta lo bueno y lo interesante.

Encontramos una plaza, pero ya estaba ocupada por unos chicos así que decidimos pasar de largo e intentar buscar otro, pero cuando pasamos por delante empezaron a gritarnos:

Eh, Eh, chicas. — Mi amiga me cogió de la mano indicando que siguiéramos caminando, pero algo hirvió dentro de mi a si que decidí que no iba a seguir.

A ver quien es el troglodita que esta chillando —Dije mientas me giraba, pero cuando me di cuenta tenia al mismísimo Bnet mirándome con unas llaves en la mano, haciendo que mi atención se prestara a mis llaves del hotel que tenia sosteniendo.

El troglodita acaba de salvarte la vida para que no duermas esta noche en el suelo de Madrid. —Dijo con aire de superioridad mientras me entregaba las llaves.

El troglodita tendría que saber que ahora te dan copia de las llaves si las pierdes, pero supongo que gracias —Cogí lo mas rápido la mano de mi mejor amiga que miraba el show un poco desconcertada y salimos de ese parque.

Mientras caminábamos Irena me paró en seco y empezó a decirme. — A ver llámame loca, pero ese de ahí no era Bnet, no se me has dado el tostón un par de veces y dices que es uno de los mejores, ¿Me puedes decir porque mierda le has hablado como una gilipollas?

Pues la verdad, no lo se, tampoco quería quedar ahí de fan girl, osea si me gusta lo que hace y tal pero no quería molestarlo, esta con sus amigos en el parque y tal para que decirle algo. Y dejando eso, a mi nadie me habla con aire de superioridad y lo sabes. — Le aclaré.

Mientras seguíamos hablando del tema nos sentamos en un parque a unos 4 minutos de distancia del parque donde a ocurrido la famosa escena para poder yo hacer lo que estaba intentando hacer desde hacer rato.

Si, tía, toda la razón, pero has sido una gilipollas. Y mañana verás. -Me dijo echándome medio bronca. Ella sabe, que cuando me pongo nerviosa, en vez de ponerme tímida que seria lo normal, sale una Noah un poco de barrio.

¿Mañana? Si con toda la gente que hay no se percatara. —Le dije.

En el meet&great no lo se. — Dijo entregándome un sobre.

Uno, desde cuando lleva eso en el bolso, y dos ¿que cojones? ¿Es el regalo de mis padres que me dijeron que me lo ibas a dar tu? Tía esto se avisa antes.

— Pero si no me has dejado, y si, es el regalo de tus padres. -Me afirmo.

Llame a mis padres agradeciendo el regalo, empezamos hablar de que tal estaba yendo el viaje y que disfrutara que me lo merecía por el curso y las notas que estaba sacando. Me despedí de ellos, prometiendo que iba a disfrutar y diciendo que no me echaran mucho de menos mientras daba recuerdos a mi hermana.

21:30

Empezamos a caminar hacia el hotel, sin antes pasar por el McDonald's y pedir un buen menú y comerlo en la habitación.

Cuando terminamos de hablar y de cenar, decidimos irnos a dormir ya que íbamos a tener un día un poco completo mientras nos reímos y recordábamos todo lo que había pasado en menos de 24 horas. Me había caído en el centro de Madrid, habíamos ido a merendar por ahí, hacer el encargo, había acabado peleándome con Bnet y cenando en el hotel una hamburguesa.

Empezábamos muy bien.

De Barcelona a Madrid. // BNETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora