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Corrí como nunca antes había corrido, me encontraba feliz, Raptor se había despedido de dándome un beso... En mi mejilla. Me sentía realmente alegre ¿Porque será que me pasa esto y solo con el?.

En fin, llegue a mi casita esperando a que mi madre se encuentre de buen humor para pedirle permiso. Rogaba para que sea así y que no esté mi padre.

Entre un poco sigiloso a casa y camine lentamente hacia la cocina esperando escuchar alguna señal de mi madre.

—¿Que tal te fue en tu primer día bebé?—y ahí se encontraba mi mami con unos cuantos golpes en su rostro, sus ojos hinchados y rojos, sus labios partidos y algo de sangre en su mejilla. Odio verla así.

Lo peor es que siempre sonreía como si nada pasara, como si a pesar de el maltrato que mi padre le daba era feliz, debes en cuando uno tiene que llorar si no ¿Cómo se cura?.

—Bien— sonreí ignorando mis pensamientos, no quería que ella sufriera más.

—Que alivio amor, deja tu mochila, lávate tus manitas y baja a comer—dijo con ese toque de dulzura que guarda en su hermoso corazón, ese que solo es capaz de expresar conmigo.

—oki— le sonreí con sinceridad y la abrase tan fuerte que parecía uno de despedida.

Corrí hacia mi cierto, hice lo que mi mami me pidió y baje a comer.

Durante la comida no habíamos tocado ningún tema, se veía que estaba tan metida en sus pensamientos, no la culpo, mi padre es un hombre realmente malo.

Todo iba tan bien hasta que...

—Ya llegue f-familia, hip— hablo mi feo padre.

—A-alejandro—menciono mi madre nerviosa— ¿Quieres comer? Está la comida caliente—dijo un poco asustada.

Mi papá no dijo nada y se sentó, su mirada daba miedo. Bueno todo de el da miedo.

Mi mamita le acerco un plato de sopa, y espero a ver la reacción de mi padre.

—wacala, está sopa está ¡Asquerosa!—comento mi padre con desagradó.

—Lo siento viejo pero...

Ella no termino de hablar porque se vio interrumpida por mi padre quien le aventó el plato lleno de sopa, manchando la por completo. Jodido idiota.

—¡Mamá!—exclame con miedo, no a mí padre si no a qué le hubiera pasado algo a mi mami, no sé qué haría si la perdiera.

—E-estoy bien pequeño, ¿Porque no vas a tu cuarto a hacer tú tarea?— preguntó y acto seguido se levantó con dificultad.

—si, hazle caso a tu madre y lárgate pequeño imbécil— dijo y se levantó con camino hacia la sala.

—¡Imbecil tú!— grite. Me enojaba que tratará así a su familia y obvio que me dijera así.

—¡Flex!— regaño mi mami. El solo se quedó quieto.

—pero mami, es que lo es, los niños no mienten— dije inocente.

El se volteo a verme y sonrió con malicia. Me espante.

—No le hagas nada— rogó mi mamá al ver que Él se dirigía a mí.

—¡Vete a tu cuarto!— mando mi madre y salí corriendo. Lo que iba a pasar sin duda no me iba a gustar.

∂αđ∂ч кίηk  ღ м!кεℓз× ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora