-Dios así no lo quiere y así no se hará!- gritó el cura con los brazos en alto.
Los fieles que estaban presentes, impactados ante tamaña declaración, se quedaron inmóviles y pasmados, expectantes de cual sería el siguiente movimiento.
La madre de Isaac empujaba su camino hacia el altar, demandando libertad para su alma. El cura se lo negaba: asesinar a su hijo en el nombre de Dios era imperdonable, y más aún cuando la absolución de su alma es reclamada en un desubicado contexto de interrupción de boda heterosexual.
Los novios se habían hecho a un lado y observaban absortos todo el drama. El cuerpo de Isaac estaba infectando toda la iglesia dentro de esa bolsa. La tensión estaba a punto de quebrarse. Yo, agazapado en la sala de confesiones, me divertía con el espectáculo, y no dudé en echar leña al fuego: llamé a la policía.
No tardaron en llegar y el caos comenzó en reinar. La pecadora intenta escapar, tirando el cadáver de su hijo contra el cura, culpándolo no solo del asesinato, sino también de abuso de menores.
Disparos, reprimen a los rebeldes.
Menuda boda la de mi amante.
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The 712 Challenge
AcakTengo un libro, con 712 ideas para escribir. ¿Mi objetivo? Completarlo, y escribir cada una de los 712 títulos.