Amelia
Luego de que todas obtuvimos nuestras gemas, Milena la morada, Justina la verde, Ailén la roja, Macarena la amarilla y yo la azul, salimos de la cueva. Me preocupé por un momento por mi ropa...
Según había explicado Deka, el hada guardiana de la cueva, me había transformado y Esme, la Reina Aingeru, si esa que aparece en la historia, me había dado su gema personalmente y el dominio de su reino. Si, suena una completa locura.
Llegamos a un acuerdo en el que no era la única Reina, sino que mis amigas también lo eran, y estuvo bien.
De todas formas... ¿Qué era toda esa locura? Teníamos dieciséis por amor al cielo.
Pasaron unos minutos y el traje extraño que la gema me daba, desapareció, dejando la gema en la palma de mi mano nuevamente. Fue entonces cuando decidimos salir de la cueva, ya estaba amaneciendo y teníamos un largo camino de vuelta.
Deka salió con nosotras, ya que las gemas al no estar en la cueva sino con nosotras ya no necesitaban ser protegidas en ese lugar. Apenas salimos de la cueva, el hada hizo un movimiento de hombros y sus alas emplumadas y su conjunto extraño desaparecieron, dejando a una chica de la edad de las hermanas con un uniforme negro como el de las personas de la Sede.
Volvimos a la mansión y cruzamos la pared de piedra de la misma forma que la noche anterior. Cuando entramos al centro me sorprendí al ver que estaba de la misma forma que cuando me fui, nadie dormía, eran apenas las cinco de la mañana y todos estaban moviéndose de aquí a allá.
Solté un pequeño bostezo, el sueño ya había llegado y no podía ignorarlo, nunca pude hacerlo, y tampoco ahora.
Vi que no era la única a punto de dormirse en el lugar, así que saludé a las hermanas y comencé a ir al ascensor para ir a la habitación que había como a veinte metros encima de mí. Mis amigas me acompañaron.
—No hay necesidad de que vayan arriba —habló Freya —. Desde hoy pueden dormir aquí, tenemos una habitación libre para ustedes, estaban terminando de arreglarla.
—Por fin —exclamó Macarena —. Muero de sueño, hasta dentro de horas cuando logre despertar.
—¿Dónde dormirá Deka? —pregunté —¿Hay una cama de más en la habitación?, puede dormir ahí si quiere, seguro está cansada.
—Por supuesto que si —sonrió Alexa —. Hay una cama libre allí para ella, pueden ir. Pero primero deben darnos las gemas para que las cuidemos.
—¿No estarían más seguras con nosotras? —indaga Justina.
—Apenas saben convivir con su magia pero no saben controlarla, la combinación del poder de las gemas y el suyo propio no es muy buena... Eso puede terminar muy, muy mal —explica Blake cruzándose de brazos.
No protestamos y unos agentes llegaron con una caja idéntica a la de la biblioteca, ninguna de las hermanas podía tocar las gemas ya que según ellas podía hacerles mucho daño, según ellas, solo las salvadoras podían con su poder, abrimos nuestras palmas y las gemas volaron hasta la caja de cristal. Alexa sacó una llave de su cuello y cerró la caja ordenándoles a los mismos agentes que se la llevaran. Seguido de eso fuimos a la habitación que nos dijeron, Deka se quedó conversando con las hermanas sobre algo.
Llegamos a la habitación y apenas nos acostamos en las camas caímos dormidas.
De repente mis ojos se abrieron y la claridad del lugar en el que me encontraba me molesto un poco, estaba en el mismo bosque en el que Esme me entregó la gema azul, pero no estaba sola. Me senté en el suelo y sentí un fuerte dolor en mi cabeza, como un gran golpe de esos que podían marearte. Vi a mis amigas en el suelo con los ojos cerrados, pronto comenzaron a removerse y despertaron asustadas mirando a todos lados. No me sorprendió que todas estuvieran confundidas y asustadas.
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Conectadas (TERMINADA)
Fantezie¿Qué harías si un día, el más esperado de tu vida, viajas a Londres pero al llegar te das cuenta que lo que creíste que pasaría no es en realidad lo que pasará? Amelia viajará a Londres debido a una beca de estudios, emocionada hará nuevas amistades...