Trece

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"Junta"

La sala estaba vacía, solo dos personas se encontraban en el lugar que solo debería ser de la capital mexicana pero ahora que CDMX le conto todo a EDO.MEX este no quiso separarse de su hermano mayor

-Es muy temprano- Carlos se removió incomodo en la silla, la sala de juntas era extrañamente fría sin las demás capitales y justo ahora no tenía energía para siquiera calentar su cuerpo, sus manos frías tocaban la mesa y su cara una y otra vez en un bucle sin fin

- Entre antes mejor... Madrid vendrá en unos minutos- Francisco por su parte estaba sentado despreocupadamente a lado de su hermano, con los pies en la meza y los brazos cruzados detrás de su cabeza

- ¡Chicos! –Madrid corrió al encuentro de sus sobrinos y estos solo se levantaron para recibir un abrazo constrictor

- Lamento todo esto –CDMX sabía que Madrid era sentimental y su pequeña desaparición de la fiesta le costó más de cien llamadas y noventa y nueve mensajes

- Tu y yo tendremos una charla en casa... en tu casa, México me autorizo de nuevo para ser tu mentor y tutor en ocasiones especiales, de aquí en adelante se renuevan nuestras clases – el madrileño quería ser claro, sus clases fueron ligeras en su niñez, pero ahora que era un "adolecente o adulto joven" era necesaria una mano dura y correctiva

- Vamos tío Hugo no seas asi –Edo. Méx. Miro a su tío quien le pellizco el puente de la nariz mientras lo hacía negar

- Tú jovencito, me tenías con el cristo en la boca ¿Por qué no me llamasteis? Ni un mensaje, ni una llamada ¿sabes cómo me encontraba yo? Pase la noche casi en vela por culpa de ustedes par de rufianes, si no fuera porque CDMX me respondió a mitad de la noche no sé si hubiera podido conciliar el sueño ¡Cuando vuestro padre sepa lo que me hicieron pasar se las verán todas negras! –Estaba enojado y era comprensible pero los dos mexicanos poca o nula importancia le dieron una vez el madrileño empezó a reírse y a abrasarlos mientras les revolvía el cabello como cuando eran unos niños

- Perdónanos tío Hugo- CDMX seguía con frío y los cariñosos abrazos brindados eran tan bien recibidos que por un momento deseo quedarse así hasta tener algo más de calor corporal

- Ya dejemos eso, por ahora es momento de presentar un frente unido, le pedí a ONU que me dejara sentarme a un lado tuyo, como renombrado "Tutor" fue fácil que cediera –Hugo tomo asiento del otro lado del mexicano quedando este entre su tío y su hermano, el tiempo paso rápido entre anécdotas y bromas, mientras la sala se llenaba no faltaban las miradas indiscretas asi como los susurros que señalaban el hecho de tener al otro mexicano.

- Saquen una foto les durara más- Gruño Francisco entre dientes mirando a las capitales que se atrevían a señalarlo mientras susurraban

-Déjales que hagan lo que quieran, los perros pueden ladrar todo lo que quieran, pero es de la realeza mantener la compostura- Madrid sabía que esta clase de comentarios estaban arraigados desde la conquista y era inevitable sacarlos cuando los mexicanos lo acompañaban, en ocasiones le decía a CDMX que también era parte de la gran corona española y que asi como un rey debía de ser educado y mantener siempre una imagen estoica.

- Entre más arriba esta la corona más fuerte será el estruendo que dé al caer- CDMX recordaba los tiempos con Madrid, fueron buenos y malos como la vida misma, todo tenía un equilibrio y lo sabía justo ahora sus palabras fueron más una premonición de lo que acontecería.

Caminaba a gran velocidad hacia la sala de juntas, esperaba que estuviera ahí, Pyongyang mando miles de decenas de mensajes solo para recibir una escueta respuesta "Estoy bien" nada más que eso, nunca contesto acerca de que paso y sus disculpas tampoco fueron respondidas. Sentía enormemente no haber estado con Carlos, pero no podía escapar de la ONU ni de esos americanos estúpidos, si no fuera por ellos tal vez pudo haber disfrutado de la velada con CDMX.

Un cambio necesarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora