Capitulo 3

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Había sido una total perdida de mi parte, pero aun así tenía que mantener mi dignidad, así que habiendo terminado las presentaciones, intente bajarme de la cama.

Era muy suave pero no podía seguir conversando con ella mientras me paraba allí, después de todo mi gran error fue debido a luchar en un terreno inadecuado.

"Aunque tenía el terreno elevado"

Una vez en el suelo, el cual tenía una alfombra. Sentí como mis pies se posaban con más seguridad.

[¿Eh?]

Una vez en el suelo note algo extraño, mi cuerpo no me dolía.

[¿Por qué no me duele nada?]

Normalmente siempre siento alguna molestia con solo moverme. De hecho antes no me había percatado debido a todo lo que estaba sucediendo, pero ahora que estoy un poco más tranquila, pude notar estas incongruencias.

No solo eso, sino que por fin pude notar que era lo que me molestaba desde hace un rato.

[¿Porque mi voz suena tan clara? ¿Tampoco me duele al hablar? ¿Qué está pasando?]

Las palabras llena de dudas salieron con una suave y clara voz desde mi garganta, y me sorprendió ¿Porque? Desde que mi garganta fue destrozada por esos bastardos, mi voz siempre había sido ronca y desgastada.

Mis dudas no hacían más que aumentar cada vez más. Rowina quien seguía sonriendo, parecía entender mis preocupaciones internas así que se movió hacia una de las paredes de la habitación, hasta un tocador de mujer, el cual tenía un espejo sobre él.

Ella tomo el espejo que descansaba en él y volvió con el hacia mí.

[Mi joven dama sé que tiene muchas dudas ahora mismo, las cuales responderé sin falta. Pero primero que nada, como ya le había mencionado con anterioridad, ninguna persona en este lugar quiere hacerle daño, es más incluso todas las heridas que tenía ya han sido sanado]

[¿Mis heridas fueron sanadas?]

Escuchando mi pregunta llena de incredulidad, Rowina solo sonrió, y puso el espejo frente a mí.

[Mire usted misma si no puede creerme]

Al escuchar sus palabras, me acerque al espejo, y decidí mirar mi reflejo en él, pero lo que vi en él fue...

[Esa soy yo...]

En aquel espejo se reflejaba una niña realmente hermosa.

Era muy joven sin duda, su apariencia no parecía tener más de 8 años, pero aun con su juventud su belleza no podía ser puesta en duda.

Lo que llamo primero mi intención de la imagen en el espejo, fue sin duda su cabello largo y hermoso, con un color que era negro azabache pero que brillaba como una obsidiana, también era suave y sedoso, ya que se mecía con gracia a cada leve movimiento que hacia la niña reflejada en el espejo. Algo muy distinto al nido de ratas en mi memoria.

También tenía una piel clara, suave y tersa sin ninguna imperfección, blanca como la leche pero con un saludable tinte rosa, totalmente diferente a la piel amarillenta, seca y enferma que estaba acostumbrada a ver.

Su cara tenía una forma ovalada, con una mejillas llenas de grasa de bebe, la cual denotaba claramente su inocencia e infantilidad. Ya no se podían ver rastro de aquellas mejillas huecas debido a su desnutrición.

El tabique roto que deformaba la nariz torciéndola, había sanado como si nunca hubiera sido roto, dejando en su lugar una nariz recta y perfilada.

¡Maldito Héroe me las pagaras!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora