Tercera parte - Parte #1

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Horas después el reloj indicó que eran pasadas de medianoche y estando los niños en la cama durmiendo hace dos horas, Justin bajó las escaleras de la casa y caminando lentamente detrás del sofá donde ella se encontraba concentrada en la televisión, se sobresaltó al sentir los labios de Justin sobre su cuello, él sonrió sobre su suave piel y agarró su cintura por debajo del pijama, sintiendo como su piel se estremecía al sentir su mano vagar por la piel de su cintura, y bajando más allá por debajo del pantalón y el encaje de su ropa interior, rozó su punto más débil y gimió.

-Cariño, quiero hacerte el amor. Quiero besarte. Quiero demostrarte cuanto te amo. -Le susurró Justin, sobre su oreja. -Te necesito.

Ella suspiró sintiendo como sus dedos desaparecían por los pliegues de su zona más íntima, sintiendo el frío de sus dedos y lo caliente de su cuerpo, una combinación completa y placentera para ella. El dedo índice de Justin empezó a entrar lentamente, torturándola de la misma manera que ella lo hacía con él, ella cerró los ojos sintiendo como los dedos de Justin se movían en sincronización dentro de ella, provocándole tanto placer que no podía evitar gemir, y morder su labio con exageración.

-Yo también te necesito, mucho… 

Justin sonrió escuchando a su mujer, lo necesitaba, al igual que él a ella, por lo tanto él dejó de mover los dedos dentro de ella y los retiró rápidamente, dio la vuelta al sofá y se colocó delante de ella para poder cogerla en sus brazos, y subiendo las escaleras de la casa, se dirigieron a su habitación directamente sin echar un vistazo a la habitación de sus niños, como cada noche hacían, hoy era una noche diferente, una noche mágica. 

-Necesito tenerte dentro, cariño… No aguanto más. -Dijo ella, frotándose contra él.

Justin suspiró sintiendo su pene endurecerse bajo su ropa. 

Dolía. Mucho.

Cerró la puerta de la habitación y besándola con ímpetu la lanzó sobre la cama, con cuidado de no llevar el peso contra ella. -Tu piel, ese sabor, ese dulzor, ese calor… Como no querer besarte, morderte, sentirte, si al hacerlo tu rostro cae en disfrute, tu voz baja su tono y lo que se escucha es mejor que la música… Como no voy a querer hacerte sentir así, como voy a parar, si no puedes hablar, si apenas siento tu voz, si tu gemir es mas fuerte, si tu cuerpo se contrae, si tus ojos se cierran, si tus labios besan mas fuerte, si tu lengua me apasiona, si me tocas de esa manera… ¿Cómo será seguir? ¿De que otra manera te escucharé gemir? Quiero hacerte mía, que sea perfecto, que nos dejemos llevar a más no poder, que seas para siempre mi mujer … Quiero desnudarte hasta el alma, sacarte todo de una vez, recorrer tu piel, besar tus lunares, besarte hasta el último rincón de tu piel, que en mis labios quede el sabor de los tuyos, provocarte todo el placer que pueda yo proporcionarte… Fui el primero en hacerte mujer, y quiero ser el último en hacerte mía, quiero que seas mía para siempre, quiero hacer el amor contigo ahora, mi amor.

Ella escuchó cada una de las palabras que Justin desprendía por esa boca.

-Me has dejado sin palabras, lo sabes, ¿verdad?

Justin lanzó una carcajada. -Con que me concedas lo que quiero, no hace falta más.

Ella asintió lentamente con la cabeza, y lo besó, lo besó de tal manera que no tenían más respiraciones para seguir probando el sabor de cada uno al pasar los minutos. Rodaron por la cama, quedando ella encima de él, esta vez. Sintiendo su dureza por momentos, deseaba que llegara el momento de quitarse las ropas y disfrutar de la noche que les esperaba amor y pasión.

*~*

Siento mucho la tardanza de todos estos días, preciosas. 

Por lo tanto, pido disculpas, espero que os haya gustado este medio capítulo, solo que no me da tiempo de seguir más porque tengo cosas que hacer y aquí en España es tarde, por lo tanto este "Viernes o Sábado" la seguiré, lo más seguro. La segunda parte, que será la última de este capítulo que lo he partido por la mitad. XD

Muchas gracias por todos los comentarios y los me gustas. ¡GRACIAS!

ғιnal ғelιz {נυѕтιɴ&тú} єяóтιcαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora