• Día 4 •

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Día 4:Estrellas

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Día 4:
Estrellas

Después de cada pelea, a Sabito le gustaba recorrer las cicatrices dispersas por todo el cuerpo de Giyuu

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Después de cada pelea, a Sabito le gustaba recorrer las cicatrices dispersas por todo el cuerpo de Giyuu.

—Deja de hacer eso —pidió Tomioka Giyuu, su novio, entre gruñidos, y envuelto desnudo sobre las mantas, como siempre se lo decía—. Es vergonzoso.

Sabito esbozó una sonrisa socarrona contra su cálida piel. Le gustaba recorrer esas cicatrices, sí —con la yema de los dedos, con la punta de su nariz, con los bordes de su boca.

En realidad, le gustaba recorrer el cuerpo completo de Giyuu con el suyo.

—¿Y eso por qué? —preguntó Sabito, bufando—. Eres mi novio. No puedes juzgar mis gustos.

—Por supuesto que puedo juzgar tus gustos, Sabito, justamente porque eres mi novio.

Sabito podría haber reído ante su broma, pero no era una que le gustaba mucho; él sabía que Giyuu lo soltaba ya que siempre consideraba no era suficiente para alguien como Sabito.

Pero para Sabito eso era estúpido, porque era Giyuu el que lo honraba con sus días a él. Si uno de los dos no merecía algo tan perfecto como el otro, ese era Sabito.

Giyuu siguió gruñendo, pero suspirando de placer por lo bajo cada vez que Sabito tocaba alguna parte sensible de su cuerpo.

Su novio tenía muchas cicatrices: en la espalda, en el pecho, en las piernas, en los brazos. Sabito también las tenía, y algunas mucho más visibles. Siempre que pensaba en ello se tocaba el recordatorio en su rostro.

Eran cazadores de demonios, después de todo. No podía pretender que sus cuerpos permanecieran suaves y tersos.

Incluso Muichirou Tokitou, el menor de los pilares de los Cazadores de Demonios, también tenía un montón de cicatrices; y ni hablar de Himejima Gyomei, el mayor de todos ellos.

Sabito y Giyuu eran los pilares del agua, y que fuesen dos en su labor no les hacía menos inmunes, ni mucho menos la tarea más fácil.

—Eres hermoso, ¿lo sabes? —preguntó Sabito con un ronroneo que vibró desde su garganta por encima de la clavícula de Giyuu, en donde una cicatriz le cruzaba cerca del corazón—. Cada una de ellas te vuelve más hermoso.

SabiGiyuu Week 2020 - [KIMETSU NO YAIBA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora