Maria Jonas y Maximiliano Smith. Todo comienza cuando, Maximiliano, conoce a la pequeña hermana menor de su mejor amigo. Max, un mujerigo, de corazón muy abierto, muy expresivo, juegueton, un Don Juan y encantador por naturaleza, mete floro nivel N°...
—¡Maria Fernanda!—escuche un grito de la primera planta de la casa. Era la voz de mi hermano Miguel Angel, pero la mayoría le decía Angel, como yo.
¿Pero por qué rayos gritaba? ¿Esta es la forma de levantar a su pequeña hermana que solo tiene 15 años?
Baje a ver el porqué de su grito, al parecer no había sido el único, al toparme con su rostro se veía muy enfadado.
Estaba ya cambiado para salir y estaba poniendo el desayuno para una sola persona ¿acaso el no comería? ¿le tocaba trabajo y se le hacía tarde?
—Qué hora, día, mes y año ¿crees que estamos señorita?—di un suspiro hondo y me dijo con calma, porque aparentemente estaba al borde de la locura.
Uno de mis más grandes talentos, mi hermano era una persona muy amigable, cariñosa, respetuosa, estudiosa y sobre todo muy pacifica con la gente, podría ponerse en este estado en el que se encontraba ahora, yo podía hacer sacar de las casillas a cualquiera, así sea la persona más calmada del Mundo, como mi hermano.
No lo hago apropósito, es como un talento involuntario, pero aun así logro hacer enfadar a mi hermano casi todos los días, mañana, tarde y noche.
—Hermano tranquilo, son vac-...—escucho la babosada que dije y se enfadó aún más.
¿Lo vieron? no mentía. No podía evitarlo, debería llamarlo maldición, no talento, siempre la friego con mi bocota.
—¿Vacaciones?—dijo con ironía, dándose la vuelta para echarse otro respiro más profundo que el anterior—Repito ¿sabes qué hora, día, mes y año es?—apretaba la punta de la silla con fuerza.
No lo sabía, digo, eran vacaciones ¿no? Quien se acordaría de algo tan insignificante como lo hora, el día, el mes y el año.
Mi hermano esperaba la respuesta impaciente, mientras más pasaban los segundos, sentía que me tiraría la silla encima, aunque sabía que el sería incapaz de hacerme eso a mí o alguien.
No hay de otra, simplemente debería ser sincera con él, no lo sabi-.....Un momento, vi detenidamente el calendario de la cocina <<Lunes 11 de Marzo del 2019>>
—Ahhh...¿que tiene este día en especial?—pregunte otra segunda babosada más, sobándome la cabeza, aún seguía somnolienta después de todo.
—Ahora entiendo por qué repruebas las materias..—puso su mano en la cara, queriendo que lo tragara la tierra. Debo admitir que eso dolió, aunque creo que ya me había acostumbrado—Hoy es el día en el que empiezan las clases, boba ¿lo olvidaste?
¡Ay no! ¡Que tonta soy! , soy tan despistada que...¡NO PUEDE SER, NI SIQUIERA EH ELEGIDO MI ROPA, NO SI NI DONDE DEJE MIS LAPICEROS, Y PARA REMATE YA SON LAS 7:00 Y SE ENTRA APROXIMADAMENTE A LAS 7:20! Fui corriendo a mi habitación, entre y me puse mi outfit favorito y mis fieles botines color negro, jale una pequeña mochila negra con cierres dorados que combinaba muy bien con mi vestimenta, repentinamente encontré dos lapiceros, un azul y un negro, tirado en una esquina de mi habitación y como no había ningún cuaderno a la vista cogí mi diario.
¿Que podría salir mal?
Baje otra vez y no me encontré a mi hermano ¿ya se habrá ido?, agarre un pan con mantequilla que estaba en un plato servido en la mesa y me lo puse en la boca, me cruce con el espejo y estaba toda despeinada, trate de arreglar mi pelo lo mejor posible y salí con el cabello suelto.
—¿H-hermano?—encontré a mi hermano dándole una patada a la llanta de su auto. Parecía que la mala suerte estaba detrás de el y detrás de mi ¿Y ahora como iría a clases? Obvio que NO me iba a ir corriendo..
—¡Hubiera corrido!—estaba en un auto toda apretada por dos personas a los extremos con graves problemas de sobre peso y el auto era peor que una tortuga embarazada ¡IBA MEGA LENTO!
¿Dios, que podría salir peor?
No, ya no más, no me interesa si tengo que ir corriendo. Pedí que parara y salí corriendo, saque mi celular y eran 7:15.....¡ESTO ES IMPOSIBLE! no lograría llegar, pero al menos valía intentarlo, no me iba a dar por vencida sin ni siquiera haberlo intentado.
—¡Oye que te pasa!—desgraciadamente con la distraída que iba coque con alguien, no era así de temperamental ni agresiva en ese sentido, bueno no tanto....Solo que iba allegar tarde ¡NO estaba para perder el tiempo!
—¿Como que «¿Que me pasa?». Más bien a ti ¿qué rayos te sucede?—se paró limpiándose el pantalón, ya que había caído de pompas, al igual que yo.
—¡Ay en serio no estoy para....—me calle y di un suspiro, no quería tirar un insulto en la calle y mejor rápidamente me puse a recoger mis cosas que se habían caído todas a suelo ¿Por qué? porque alguien no cerro bien su mochila después de salir de casa, ósea yo.
—Te ayudo—se arrodillo ayudándome, era cierto, no traía mucho pero al parecer que en mi mochila habían muchas hojas sueltas.
Cuando ya había termina de recoger todo me disponía a levantarme, pero algo me detuvo ¡él estaba leyendo una hoja de mi diario!
—¡Oye!—le abofetee en la cabeza —¡No te han enseñado lo que es la privacidad! Niño entrometido—le mire con cólera, para luego que su expresión sea aún más aterradora que la mía.
—Eres una malagradecida. ¡Tú chocaste conmigo!—me señalo y luego se señaló a él de forma brusca. Si, otra persona volvió a perder el control conmigo, ven que no es intencional.
—¡Ya cierra la boca, no tengo tiempo para discutir con "Idiotas como Tu"...!—me di media vuelta.
—¿Pero qué..?...—se dijo—¡HISTÉRICA!...—le escuche gritarme a lo lejos, y recibió su respectivo dedo de en medio de mi parte.
No me interesaba si yo tenía la culpa o no, solo quería llegar a la maldita escuela.
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