El viento soplaba inquieto, moviendo la tierra y las cenizas del suelo. Las baldosas de piedra se encontraban desgastadas, llenas de grietas, cubiertas de polvo. Había restos de madera, de casas, carrozas y puestos de mercaderes extendidos por el maltratado suelo. Los edificios no se quedaban atrás: estos estaban abandonados, solos y melancólicos . El eco del silencio rebotaba entre las paredes y muros de esta ciudad moribunda.
Ahora no era nada más que una ciudad fantasma. Ya no era ninguna capital o el centro de un reino, como una vez lo fue.
Solo una abandonada y solitaria ciudad, dejada atrás como un estorbo.
En el centro de la calle, con la mirada perdida en el aire, se encontraba una figura masculina. Su cabello había crecido. Hacía días que no lo veía y su cabello había crecido bastante rápido. Se encontraba vestido con una suave ropa de seda y con pulseras y joyas que tintineaban con la brisa, las cuales parecía avisar de algún peligro por venir. Solamente podía ver su espalda, no sabía si aquella familiar figura sabría quién se encontraba varios *zhangs detrás suya.
Con un suspiro pesado, tratando de liberar el peso en su corazón, intentó dar un paso al frente. Pero en cuanto avanzó, cuando sólo su talón rozó las grietas, la brisa se detuvo abruptamente y el joven en frente suya volteó su cabeza.
Miró por encima de su hombro, con aquellos ojos dorados que una vez le vieron con afecto y ahora, no había ningún sentimiento.
Solo una mirada vacía.
Eso hizo que algo dentro de su pecho se estrujara, haciéndole tragar aire de más por aquella incómoda y repentina sensación.
Apretó con fuerza la empuñadura de su espada y dio otro paso al frente. Sus pies le pesaban y más su corazón. Se estrujaba y gritaba en un idioma que no conseguía entender, y menos oír en aquel momento. Solo sentía que se arrepentiría después, que su mano se retractaba sola y quería soltar el arma cuanto más se acercaba.
Con una voz casi rota, intentando no quebrarse, salió de sus labios un grito mientras apretaba la empuñadura de la espada con fuerza.
– ¡Daquan! –alzó la voz hacia la joven figura a su vista. La silueta no se inmutó, siguió en su mismo sitio en su misma posición. Era como si le mirase con superioridad, a pesar de no expresar ningún sentimiento. Le miraba por encima del hombro como una rata callejera. Pensó sus palabras antes, al igual que sus acciones. Después de apretar de nuevo los dientes oscureciendo su mirada, gritó por segunda vez, esta vez más alto, con emociones reprimidas:
– ¡Voy a por ti!
Glosario
Zhang: Medida de distancia. 1 zhang = 3.58 metros
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La Canción del Este
FantasíaHuang Hupo es un joven a quien le cayó toda la responsabilidad de la casa sobre sus hombros, cuando sus padres murieron y su hermana se quedó embarazada. Para poder mantenerse a él y a su hermana, se marchó a la Gran Capital . Allí conoció al joven...