Acostumbrándose a todo.

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— ¡Buenos días! ¡El sol está por salir! — saludo animadamente el rubio doctor al chico que aún estaba entre las cobijas cubriéndose los oídos con una almohada

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— ¡Buenos días! ¡El sol está por salir! — saludo animadamente el rubio doctor al chico que aún estaba entre las cobijas cubriéndose los oídos con una almohada. El doctor había entrado con gran estrepido a la habitación, sus pasos resonaban contra las baldosas del pulcro piso de la habitación y a Jason no lo podían irritar más que el ruido de las persianas abriéndose de su ventana, contando también la voz tan cantarina del doctor — Es una hermosa madrugada y si no te levantas pronto, te la perderás —

— Son las cuatro de la mañana — murmuró de muy mal humor Jason revolviéndose en la cama, queriendo conciliar de nuevo su sueño.

— Te lo dije, a esta hora es la primera ronda y necesito que estén despiertos para revisarlos, que se aseen y estén listos para el desayuno — el doctor sonaba demasiado feliz y el rubio se comenzaba a preguntar si lo hacía apropósito para torturarlo. Quizá no era así, pero lo estaba logrando con demasiada facilidad.

Comenzaba a maldecir una y otra vez el haber tomado la moto, haberse estrellado. Pero más que nada, maldecir haber terminado en este hospital internado. Y eso que apenas llevaba aquí solo unos días, bueno, en esta habitación solo una noche y madrugada.

Pronto Jason fue despojado de sus cobijas y de la almohada que lo cubría, todo lo que le libraba de la molesta presencia del doctor le había sido arrebatado, ahora estaba indefenso ante él y sus ojos azules. Apolo comenzó a revisar sus ojos, con esa linterna que siempre parecía llevar en su bata, su boca, la reviso atentamente con una paleta de madera y también la molesta linterna. Se sentó a un lado de Jason, con cuidado reviso la herida de su mano, pronto las vendas que tenía en su brazo, fueron cambiadas por unas nuevas, cambió gazas y esparadrapos de las heridas de su rostro y del resto cuerpo también. No tardó demasiado en hacerlo, para suerte de Jason.

— Estas listo —Saco su bolígrafo de su bata, tomo la planilla que reposaba en la parte de los pies de la camilla. Anoto algunas cosas en la ficha de él y la volvió a colocar en su lugar, guardo su bolígrafo en su lugar antes de volver a ver a Jason — Recuerda que a las seis es el desayuno y a las ocho tienes cita en mi consultorio, la enfermera vendrá a buscarte, ella te indicará a dónde debes ir —Se levanto de su lugar, camino hasta la puerta, salió y el rubio gruño molesto por toda la revisión.

— Maldita sea la hora en que tome esa moto — se lamentó en voz alta por un momento, ahora recostado en su cama, cerrando los ojos con fuerza y golpeando con uno de sus puños el colchón, se resignó en que esta era su nueva vida, se levantó con cuidado calzandose las pantuflas y caminó al baño para asearse.

Tomo una toalla y una pijama limpia antes de meterse, el agua seguía tan fría como la noche anterior. Así que temblo mientras dejaba que el agua limpiara todo el sudor que pudiera tener, el doctor había tenido mucho cuidado en cubrir todas sus heridas con gasas impermeables. Lo que facilito el cuidar que nada se moviera de su lugar, lo único que cuido fue de no mojar el vendaje de la mano. Una vez que terminó, salió de la ducha.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2022 ⏰

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