Relato N° 09: Dia de Lluvia

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Era un día lluvioso, estaba tomando mi merienda tarde, pero disfrutando del día. Recuerdo que me llego un mensaje ella, abro mi Instagram y lo veo. Estaba en ropa interior, una remera blanquita que me permitía ver la transparencia de sus tetas hermosas y redondas. Casi siempre recuerdo que nos mensajeábamos por insta, yo le dejaba una story con foto y las 2 horas tenía una respuesta. Siento que nos colgábamos mucho en hablarnos, pero cuando las ganas de vernos asomaban, nos compartíamos regalos muy calientes.

Me gusta más cuando me manda sus videos, jugando con su vulva bien rosada y húmeda, hace que mi erección desborde de mi pantalón.

La verdad que, aunque siento mucho amor cuando estoy con ella en persona, le tengo más amor a nuestro chat. ¿Por qué? Porque es una forma de mimarnos a la distancia, de sentirnos menos lejos, de extrañarnos menos o quizás de hacerlo más; ya que cuando nos volvemos a ver, aprovechamos al máximo nuestro tiempo. No puedo describirles como disfruto de tomarme unos mates, o de sentarnos en la cama a mirar unas películas, o incluso de masturbarla mientras beso su cuello. La miro a los ojos cuando me sonríe porque sí, porque me mira y me transmite toda la paz del mundo. La escucho gimiéndome despacio en el oído, cuando estamos haciendo el amor en casa de sus padres y no podemos hacer ningún ruido. La siento cuando su boca húmeda y su lengua larga me esta succionando toda la verga dura, en definitiva, la tengo presente la mayor parte del tiempo.

Disfruto al máximo su presencia en mi vida desde que llego, y eso te quiero contar, de cómo me la garcho con desenfreno a alguien tan amorosa y mimosa para conmigo. Como dije, era un día lluvioso, estaba con la merienda y wow, las ganas de cogérmela pasaron de pocas a "la quiero ya". Necesito ese culo acurrucándose en mi verga, necesito respirar y que sus ojos y esa mirada me estén pidiendo más, muchos más intensas las penetraciones que hago en su orto hermoso.

Le respondí la story mandándole la foto de mi café y le pedí que me espere, me bañaba e iba para su casa. Me manda otra foto, haciendo un gesto de cara mala y diciéndome que me apure, ya no tenía la remera puesta por cierto... Fui y sus padres no estaban, nos metimos a su cuarto y ya me empezó a desvestir. Su boca me acariciaba el pene de una forma agradable, se notaba la desesperación que tenía por hacer el amor, pero se tomaba su tiempo. Después de eso, me pasé a saludar, si, le di mucho amor a su vulva y a su clítoris, le di tantos mimos que se corrió en mi boca. Cogimos ni muy fuerte ni muy duro, suave y despacio. Me tome el tiempo de recorrer las paredes de su vagina, de sentirla, muy mía.

Le daba besos en su cachete, en su boca y el cuello, le daba muestras de afecto por entregarme tanto de ella. Cuando acabé por primera vez, lo hice afuera de su vulva, dejándole todo mi semen en su superficie. La miraba con mucho morbo, como lo untaba en sus dedos y se lo llevaba a la boca. Supongo que era hora de darle lo que ella necesitaba, la puse en 4 y moje mi verga con su vagina todavía húmeda. Lo pasé alrededor de su ano y empecé a hundirlo de a poco, a medida que su agujero estrecho se iba acomodando a mí, empecé a arremeterle con más fuerza. Empecé a cogérmela, empecé a garcharmela, a sentirla de la otra forma, como una putita hermosa. Me gustaba que pierda el control, la escuchaba sin aliento o gimiéndome, diciéndome "cógeme mi amor" o "dale, hundimela toda". Me ponía violento, y hundía todo mi miembro en su culo redondo y estrecho, la agarraba de la cintura con ambas manos y arremetía su orto contra mis pelotas.

Le estaba dando con todo, deje cogerla por atrás y cambie de lado. Se puso abajo y yo arriba, abrí sus piernas, y volví a arremeter en su zona caliente, solo que para no ser tan brusco la besaba de nuevo, estábamos en esa de disfrutarnos, de transpirar y seguir. Me pidió que acabara adentro suyo, me fue raro, pero como hay mucha confianza y nos queremos mucho, lo hice. Se sintió magnifico, esplendido, había rellenado a la putita de mi amiga con mi esencia. La mejor parte es que me quede a dormir acurrucado en sus tetas, en su calor y en su compañía.

Cuerpos ImperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora