Capítulo 6

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Christopher: yo te hice una pregunta primero... pero me evadiste como siempre.

Dulce: me casé por amor.

Christopher: mentira...- dijo mirándola a los ojos.

Dulce: es la verdad, estoy enamorada.

Christopher: eso es verdad, estás enamorada, pero no de tu esposo.

Dulce: ¿Cómo estás tan seguro?

Christopher: te conozco- dijo encogiéndose de hombros.

Dulce: está bien...- suspiró- creí que lo que había o hubo entre nosotros ya había pasado y no quería quedarme sola... además Paco era muy lindo conmigo y llegué a tomarle cariño.

Christopher: ¿Era?...

Dulce: ¿Qué?

Christopher: dijiste era, ¿es decir que ya no lo es?

Dulce: después de la boda las cosas cambiaron mucho- él asintió no queriendo saber más, ella secó la rebelde lágrima que caía de su mejilla- ¿Porqué estás aquí?

Él suspiró y la miró antes de sonreír levemente.

Christopher: para estar contigo...- ella negó.

Dulce: no... las cosas entre nosotros terminaron hace tiempo, nos hicimos mucho daño y no quiero volver a pasar por eso- dijo con los ojos humedecidos de lágrimas.

Christopher: es verdad, pero a pesar de todo no me voy a arrepentir nunca de lo que tuvimos... porque fue maravilloso- dijo acercándose a ella hasta estar frente a frente a escasos centímetros de distancia- fue maravilloso haberte amado...- sujetó su rostro acariciando sus mejillas y humedeciendo levemente sus labios- seguirte amando.

Los ojos lagrimosos de Dulce se elevaron con sorpresa, conectando directamente con los ojos de él que la miraban con una ternura escondida detrás de una profunda mirada de amor, tanto que le erizó la piel.

Se acercaron poco a poco hasta que sus labios se rozaron y la agitada respiración de ambos hacía que su aliento se mezclara aumentando la ansiedad de unir sus labios.

El momento se dio y un largo beso comenzó, Christopher sujetaba su rostro con una mano mientras que la otra la mantenía firme en su cintura como evitando que se apartara, ella por su parte correspondió aquel beso mientras sus brazos lo rodeaban dejándose llevar por el momento.

Una lágrima rebelde resbaló de sus ojos perdiéndose en el beso y haciendo que el salado sabor en sus labios la trajera a la realidad.

Dulce: no...- buscó toda su fuerza de voluntad para alejarse de él- no, no Christopher... esto no puede ser- se apartó de él por completo y lo miró triste- estoy casada con Paco y... lo quiero mucho.

Christopher: lo quieres Dulce...- ella asintió temblando- pero no lo amas...- Dulce lo miró nerviosa- porque me amas a mí...- se acercó poco a poco a ella de nuevo- lo siento cada vez que tus ojos se cruzan con los míos, cada vez que tu corazón se acelera con mi presencia o cada vez que tu piel se eriza con mi tacto...- pasó los dedos por el brazo desnudo de la chica- y después de nuestros besos ya no lo puedes negar más.

Ella lo miró a los ojos y cedió, derrumbando las barreras que ella misma se había puesto y liberando el intenso amor que había tratado de enterrar desde hace años.

Dulce: pero en este momento no te merezco...- susurró entre lágrimas mientras sujetaba su mejillas.

Christopher: ¿y quién habla de merecer o no Dulce?...- él suspiró liberando las lágrimas que había contenido por tanto tiempo- ya hemos sufrido mucho ¿no?... ¿no crees que ya nos corresponde? Es nuestro momento mi amor... ¿tú quieres estar conmigo?- ella asintió de inmediato- entonces vámonos, tú y yo ahorita sin que nada nos importe... vámonos como siempre quisimos hacerlo mi amor- asintió sonriendo y él no necesito ninguna otra aprobación para volver a asaltar sus labios.

Fue un beso como el primero que tuvieron, con un amor aun mayor al que sentían ese día en el que se escabulleron de todos por primera vez.

Christopher la levantó llevándola por el camino que tanto conocía y que podía recorrer a ciegas, llegaron a su habitación y ella abrió la puerta a tanteo. Él la bajó comenzando a despojar las prendas de su cuerpo mientras la hacía caminar de espaldas para llegar a la cama.

Ambos se despojaron de su ropa mientras los besos no cesaron en ningún momento, eran besos necesitados e incluso agresivos llenos de pasión pero siempre repletos de amor.

Sus cuerpos se conocían a la perfección, sabían la reacción de cada movimiento que tenían en el otro pero a pesar de conocerse tan bien su relación nunca cayó en la monotonía, siempre había algo nuevo por experimentar.

Se unieron lentamente como tratando de atesorar cada momento, él besó su cuello y disfrutó de su aroma, ese que tanto lo volvía loco. Ella disfrutaba de sus caricias y acariciaba su espalda cada vez con más fuerza hasta que sus uñas comenzaron a dejar marca en su piel.

El placer los invadió con escasos segundos de diferencia, él adoraba verla con esa respiración agitada y el brillo en sus ojos, ella en cambio disfrutaba del sonido que escapaba de su garganta en ese momento, un sonido tan masculino y tan profundo que le provocaba todo con tan solo escucharlo.

Ambos se miraron a los ojos sonriendo y él bajó de su cuerpo para colocarse a un lado sin dejar de besarla.

Ella se recostó en su pecho mientras él acariciaba su brazo, se inclinó un poco y besó su frente minutos antes de caer involuntariamente en un profundo sueño.

Cuando despertó aún era de noche, trató de buscarla en la cama pero no estaba. Se levantó y tomó sus pantalones para buscar su celular, cuatro veintitrés de la mañana, bastante temprano y era bastante extraño que ella desapareciera de esa manera.

Estaba a punto de vestirse para ir a buscarla hasta que notó que una línea de luz escapaba debajo de la puerta del baño.

Christopher: ¿Dul?...- golpeó levemente la puerta- ¿todo bien?

Dulce: si heee ya salgo.

Él regresó a la cama y minutos después ella salió del baño, pero algo era diferente, su mirada ya no era la misma, ahora tenía dudas o tal vez miedo.

Christopher: ¿Qué ocurre?

Dulce: esto está mal...

Christopher: no, claro que no... ven aquí- ella entró en la cama acurrucándose entre sus brazos.

Dulce: tenemos que volver a la realidad, estoy con alguien más y...

Christopher: y lo único que importa es que te amo Dulce...- besó su rostro- y tú a mí, vamos a estar juntos y es todo lo que importa.

Dulce: es que ya no quiero lastimar a nadie.

Christopher: oye oye...- besó sus labios- no te voy a dejar ahora, así que deja de poner pretextos... después de todo es nuestro turno de ser egoístas mi amor... ahora sólo importamos nosotros...- ella sonrió- ¿tú crees que con todo lo que sufrimos te voy a soltar justo ahora? No te voy a soltar justo ahora que estamos juntos.

Ella sonrió y volvió a besarla alimentando de nuevo la llama de la pasión que existe entre los dos.

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Diciembre 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora