Capítulo 5

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Una llamada la había rescatado de responder esa pregunta, había una pieza disponible para su auto, la encontraron en el fondo del almacén pero estaba lista para ser utilizada por lo que su auto estaría listo mañana mismo.

Salió de la casa despidiéndose velozmente y tomó el taxi que ya había pedido previamente, durante todo el camino la cabeza le daba vueltas y sentía que el corazón se le saldría por la boca.

¿Cómo fue que llegó a eso? ¿Cómo resolvería ahora esta situación?

Llegó a su casa sin recordar el camino que había tomado el taxi para llegar, entró a su pequeño departamento y fue directo a la ducha tratando de poner su mente en blanco, queriendo olvidarse de todo.

Él por su lado se encontraba dando vueltas en su casa tratando de ordenar sus pensamientos pero sobre todo su corazón, ese beso había sido una prueba, debía estar seguro de lo que sentía.

Pero no había duda, lo que alguna vez sintió por esa pelirroja seguía presente y para su pesar parecía que aquel sentimiento además de persistir se había intensificado con el paso del tiempo.

Pero ¿Qué hacer ahora?... ¿cómo recuperarla?

Por su reacción después de aquel beso era obvio que estaba asustada, pero no tenía duda de que ella sintió lo mismo que él, se dio cuenta que su piel se erizó bajo sus manos y sintió como sus corazones latían a mil por hora. Era obvio que estuviera asustada, a pesar de todo él también lo estaba, pero su situación no era tan complicada como la de Dulce, ella estaba casada, públicamente unida a otro hombre y probablemente ahora esté confundida entre los dos, Christopher estaba seguro que Dulce lo amaba, pero no sabía que tanto sentía ella por aquel hombre.

Necesitaba una estrategia, tenía que reconquistarla, podía esperar para después, dejarla pensar esta noche y comenzar a buscarla a partir de mañana o simplemente tomar sus cosas y salir corriendo detrás de ella, dos opciones que tenían su cabeza maquinando a una velocidad impresionante.

Pero algo lo sacó de sus pensamientos, un sonido telefónico que no reconocía. Siguió aquel sonido que lo guio hasta la sala, donde encontró un celular envuelto con una carcasa rosada, mostraba una llamada perdida y la segunda entró en el momento que tenía el aparato en sus manos, "Francisco" leyó en la pantalla y de inmediato una sonrisa apareció en su rostro.

Tomó sus llaves y salió corriendo de su casa completamente convencido.

Salió de la ducha y se puso algo cómodo para dormir, nada provocativo, simplemente unos pantalones deportivos un poco gastados y una blusa cómoda y abrigada para contrarrestar el frío que hacía en la ciudad.

Tomó una taza directamente de la cafetera y salió al balcón, aquel en el que solía pasar las noches escribiendo canciones, relatos o simplemente pensando mientras miraba la ciudad descansar bajo la noche.

Cerca de diez minutos después escuchó el timbre de su departamento sonar y se extrañó al percatarse de la hora, dejó la taza a un lado y antes de abrir miró por el pequeño orificio de la puerta, lo pensó un par de veces pero no pude detener su impulso de abrir la puerta.

Dulce: ¿Qué haces aquí?...- susurró nerviosa.

Christopher: olvidaste algo...- le ofreció el celular ahora apagado y ella sonrió amable.

Dulce: muchas gracias.

Christopher: ¿puedo entrar?... es obvio que necesitamos hablar- ella lo dudó unos segundos pero la necesidad en los ojos de él la obligaron a ceder, además ella también necesitaba algunas respuestas.

Se hizo a un lado y él entró para después cerrar la puerta a sus espaldas, Dulce avanzó unos pasos como tratando de estar lo más alejada posible de él.

Christopher: es justo como lo recuerdo...- dijo sonriendo.

Los recuerdos vinieron a la mente de ella, las mañanas en las que se despertaban a besos, a veces iniciados por ella y algunas veces por él. Las veces en las que preparaban la cena juntos en la pequeña cocina donde con trabajo entraban los dos y donde de vez en cuando chocaban provocando la risa de ambos.

La cantidad de películas que vieron juntos en esa casa, todos y cada uno de los momentos vividos en ese pequeño departamento, cada corto periodo entre giras era una oportunidad para amarse.

Pero los recuerdos amargos también estaban, las peleas entre ellos, ya sea por celos o por cosas tan absurdas que ahora provocaban risa, todos esos momentos, tanto buenos como malos terminaron en una noche, la noche en que él tomó sus cosas y salió de ese departamento, sin ninguna pelea previa, sin ninguna explicación, sólo argumentó que era tiempo de terminar y eso la atormentó por años, buscó el motivo que lo orillo a dejarla así, de una manera tan repentina, se atormentó por años hasta que eso fue desapareciendo quedando enterrado entre conciertos, discos y entrevistas, su carrera despuntó en ese momento como obra divina y aprovechó la oportunidad para dejar el pasado atrás, el pasado en el que fue tan feliz.

Dulce: ¿por qué regresaste Christopher?- preguntó sintiendo un nudo en la garganta, él la miró sabiendo a lo que se refería y suspiró profundamente.


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Diciembre 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora