3 | El autobús de las seis

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Como de costumbre, me levanté de la cama a eso de las seis para ir al trabajo. Igualmente era tarde, así que tuve que salir para la parada del autobús. Estando en la esquina, el autobús se estaba yendo, de todas maneras llegué a alcanzarlo.

Me subí al colectivo.

Había mucha gente,
algunos felices, en concretó una bella mujer que estaba hablando por teléfono de su casamiento.
Otros estaban enojados, un hombre de aspecto descuidado, estaba con unos cuantos papeles haciendo cuentas, y cuentas.
Otros tristes, un chico sin expresión alguna, con una mirada vacía.

Así transcurrieron los días de la semana para mí. De nuevo estaba llegando tarde al trabajo, y persiguiendo el autobús para que parese.

La mujer de la otra vez se encontraba llorando, escuché un murmullo dicho por ella.
— ¿Cómo me pudo hacer esto?...¿Cómo me pudo ser infiel?

Seguí de largo, no era mi intención haber escuchando tremenda noticia, "pobre mujer" pensé.
Ahí estaba el hombre de las cuentas del otro día, pero está vez, con una botella de alcohol, quejándose de que estaba endeudado hasta el cuello.
La gente hablaba sobre lo molesta que era su comportamiento, y sobre lo que pasaron en el noticiero.
— ¿Como? ¿Se ha suicidado? — Dijo uno de los pasajeros.
En eso me doy cuenta de que el chico de la otra vez no estaba.

Terminé por llegar al final del autobús y me senté a reflexionar.
Pensé en la mujer, en el hombre, en el chico y en lo infelices que son todos hoy en día. ¿Que es lo que amarga tanto? ¿Lo que nos hace hacer actos como la infelicidad? Son preguntas sin respuesta, al menos por ahora. En cualquier caso, me preguntó ¿soy feliz? No supe responder a mi propia pregunta, ¿sera que no soy feliz? No se, pero al menes se, que no quiero acabar como la mujer, el hombre o el pobre chico que acabó con su vida. Me preguntaré todos los días, si soy feliz, hasta tener una respuesta concreta.

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