Prólogo

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Liverpool, UK

Un pequeño rubio, ojos marrón de unos 12 años se encontraba en casa, el manto de la noche había cubierto el cielo de Liverpool.

— ¿Que haces ahí? Asesino — el pequeño rubio miró con desagrado al ebrio hombre frente a él quien apenas llegaba a "casa" — No quiero verte, largo.

El rubio no dijo nada y comenzó a caminar directamente a lo que probablemente era su habitación no fue hasta que sintió un fuerte golpe en la cabeza.

— Es por lo que le hiciste a tú madre, Asesino — escupió con veneno en su voz — Espero que sepas que cargarás con la muerte de tú madre de por vida, John. Esa es tú maldición, todo lo que este cerca de ti muere, serás el Asesino de todo quien te rodeé — El rubio apretó los puños en ira y se fue de ahí antes de que su padre le hiciera más daño. Ni siquiera quería estar en esa casa repleta de soledad que le enfermaba. Por lo que cuando llegó a su habitación cerró con seguro tras de sí y salió por la ventana con cuidado de no caer y lastimarse, procurando no hacerle ruido al viejo. Y así caminando por las oscuras calles de Liverpool. Caminaba sin un rumbo fijo hasta que a la distancia noto algo extraño en aquella escuela especial para señoritas, John curioso se acercó sin ser visto.

Tenemos que hacer algo, está embarazada ¿Como pudo ocurrir esto en el momento de dar a luz?

— No lo sabemos, pero pese a lo que hagamos. Es probable que la criatura no sobreviva — murmuró aquel hombre sacerdote a las monjas del lugar — No hay que perder tiempo y que sea lo que Dios quiera

John no entendía bien que diablos era lo que sucedía pero unos gritos desgarradores llamaron su atención, eran unos gritos que alteraban cada fibra de su ser y lo ponían nervioso pero que por alguna razón comenzaron a atraerle con un corazón agitado en que parecía querer darle taquicardia. Era un sentimiento que le atraía a averiguar algo y que le llamaba de una manera extraña, con cuidado y sin ser visto se coló en búsqueda del origen de esos agonizantes gritos.

A pasos titubeantes logro dar en el lugar, frente a él se presentaba una escena difícil de procesar para alguien de su edad. Una mujer de rasgos asiáticos, cabello negro estaba atada y gritaba de una manera aterradora, lo curioso para John era la enorme barriga que le adornaba y esos ojos sobrenaturales.

El sacerdote y las monjas estaban alrededor de la mujer

Me dirijo a la entidad de adentro ¿Quien eres? Dime tú nombre y ¿El por qué atormentas el alma y cuerpo de esta joven? — comenzó el sacerdote

Ahhh... Aghh — los gruñidos de esa mujer era lo único que se escuchaban y el hecho de querer liberarse.

Sakura Takaba es una honorable mujer y alumna, un ser puro y de inocencia ¿Qué propósito te trajo aquí para que tomarás su cuerpo?

Este parasito no debe nacer — musito en una voz de ultratumba que dominaba el cuerpo de la joven.

¿Por qué? — cuestionó el sacerdote confundido...

No debe, No lo hará — musito con una risa horripilante.

Este no es tú lugar, por la sangre de nuestro señor te ordenó que salgas de este cuerpo y de la casa de Dios y no vuelvas

Cállate — musitaba el ente. El padre siguió recitando palabras en latín, oraciones que hacían al ente enfadar No, no debe — el ente peleaba con el alma de Sakura Takaba por la vida del ser en su vientre..

Amor ExorcistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora