† Capítulo III †

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— Nii-san — la voz de Suoh se escuchó al ver a su hermano ahí — ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el templo?

— Vine a visitar a Akihito-kun — dijo aquella figura tan parecido y al mismo tiempo tan diferente de aquel subordinado de Asami quien al escuchar aquello no pudo evitar ponerse tenso — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez quisiera saber ¿cómo está?, si está comiendo bien y sobretodo si está cuidando de si mismo un poco más.

— Nii-san, no creo que eso sea posible.

— ¿Por qué no?

— Pues.... Ah.... — Suoh era un tipo serio y que no importaba decir lo que pasaba en ese momento ... Si no fuera su propio hermano quién preguntara por el mocoso rebelde.

Lo sabía, no eres incluso de decirme a los ojos el hecho de la atroza acción que hiciste a ese niño — comento Michihiro perdiendo su característica sonrisa y mirando a Suoh quien parecía sorprendido — ¿Sabes lo que hiciste? Suoh.

— Nii-san ....

— Abandonaste a un chico inocente, que no tenía la culpa de estas guerras. Un chico amable, estoy decepcionado de ti.

— No fue culpa de Suoh, fue mía — Una voz hizo girar a ambos hermanos. Asami Ryuichi en todo su esplendor estaba saliendo de su oficina junto a Kirishima cuando escucharon la voz de ambos, cada palabra de la conversación.

Asami-sama — saludo Suoh tratando de mantenerse firme pero la realidad es que estaba nervioso.

Michihiro-san, ha pasado un tiempo — saludo el castaño

Digo lo mismo Asami-san.

— Si quiere hablar con un culpable, aquí estoy yo. Suoh solo hizo lo que yo ordene, pero lo mejor será hablar adentro — Asami otorgó el paso al monje quien agradeció y entro con paso firme, tras él Asami y sus subordinados entraron. Ambos individuos tomaron asiento frente a frente

Tal vez usted ordenó a mi hermano, pero él tenía opción. Todos tenemos la opción de tomar el riego de una nueva decisión por proteger a otros, sobre todo si son inocentes — inicio Michihiro.

Era necesario permanecer firme ante todo

— ¿Incluso si la vida de Akihito-kun pendía de un hilo? — el silencio se hizo incómodo — ¿Ahora como lo paga? Asami Ryuichi

— ¡Nii-san!

— Apreciaba a ese niño, él era brillante y cálido a su manera. No merecía morir de esa forma

— No han encontrado su cuerpo, lo que significa que Akihito está vivo — dijo Asami furioso por qué dieran por muerto a su niño — Lo se, lo conozco. Tiene que estar vivo.

— Con las heridas que le ocasionaron. El cuerpo humano no siempre resiste como la idea de permanecer de pie que tiene la mente — Michihiro miró los ojos dorados penetrantes con seriedad con la que actuaba un padre — ¿Realmente conocía a Takaba Akihito? ¿Conocía su vida antes de ser en lo que se convirtió al estar aquí en Tokio?

— ¿A qué se refiere? ¿Usted sabe algo? — cuestionó Asami intrigado. Pero el monje no respondió, solo se coloco de pie y se dirigió a la puerta.

— Debo volver al templo, Asami-san, si realmente está vivo y usted quiere encontrarlo. Busque por el principio, busque en el pasado, busque en un nombre tras camuflaje, busque una vida, busque la historia de Akihito-san. Tal vez eso le ayude a reunirse con él donde sea que esté y espero que Kamisama cuide de él, era...... No — negó con una ligera sonrisa — Es un chico muy bueno — sin más, Michihiro salió de ahí y no volvió pero dejo algo en Asami Ryuichi y esa era la curiosidad ante sus palabras.

Amor ExorcistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora