Confesión

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Auron tenía que irse en una misión con varios miembros de Karmaland. Se iban 4 y se quedaban 5, estos se quedarían con sus respectivos hijos e hijas. David, Rubén, Alex y Auron irían.

Los que iban a cumplir la misión, decidieron salir a la mañana, para que para sus hijos no sea tan difícil despedirse.

Luzu despertó a las 10, notando que cuando salió, las calles se encontraban demasiado vacías y no parecían haber desastres. Decidió visitar a Samuel, ya que el siempre se enteraba de todo.

- Buenas, Samu. - Dijo cuando esté lo dejó entrar a la fortaleza. Cuando entró a la casa, fue recibido por los tres niños de la pareja. - ¿Y vuestro otro papá?

- Se fué a una misión, ¿No sabías? - Preguntó Samu, mientras empujaba levemente a los niños hacia el salón, donde estaban sus desayunos servidos. - Niños, a desayunar. Ven, te haré un café. - Samuel sentó a Luzu junto a Frank, que lo miraba con un pequeño aire de superioridad, que Sólo mostraba con gente que podría lastimar a su tío favorito.

- ¿Que le hiciste al tío Auron, ahora tío Luzu? - Luzu se tensó, debido a la seriedad con la que el preadolescente hablaba. Volvió Samuel con una raza de café en cada mano.

- No creo haberle hecho nada. - Dijo Luzu mientras miraba la taza que Samuel había puesto enfrente suyo.

Pasaron las horas hablando y la hora de volver a casa llegó, revisó su buzón y encontró una carta, que estaba firmada por el chico que tanto amaba.

Hola, Luzu.
Soy yo, el molesto Calvo Auron,
Diciéndote que por favor,
me perdones por irme de la ciudad sin avisarte.
Si no es mucho pedir, ¿Podrías pasar por casa para alimentar a Frederick?

P.D: Cuando termines de leer, sube a la terraza y mira hacia la fuente.


Cuando terminó de leer, hizo lo que Auron le pedía por escrito, fue hasta la casa de este, a alimentar a Frederick y chequear el bienestar de este. Volvió a casa sin ánimos, ya que realmente se había ido por un tiempo indefinido y no se había despedido.

Subió a la terraza y miró hacia la fuente, viendo a alguien con una campera roja y una funda de algo. El desconocido sacó una guitarra de la funda, e hizo que Luzu se confundiese aún más, pero todas estas dudas se fueron cuando vió la cara de su amado. Auron comenzó a tocar algo suavemente en la guitarra y comenzó a cantar.

- No queda más que tu, no queda más que yo, en este extraño salón. - Sin darse cuenta, estaba ya abajo, mirando a su amado a los ojos, mientras este le cantaba, soltando las palabras más hermosas que había escuchado en su vida. - Sin nadie que nos diga dónde, como y cuando nos besamos. - Luzu no sabía de la habilidad de Auron para el canto. - Juramento de sal y limón. - Luzu recordó cuando por un reto, Auron lo hizo tragar un caso de agua con limón y sal. - Prometimos volver a vernos, - Luzu recordó lo mal que la pasó cuando Merlon envió a Auron a una misión junto a otros colegas, lo sólo que de sentía y la felicidad que lo invadió cuando Auron volvió. - te he echado de menos, todo este tiempo, he pensado en tu sonrisa y en tu forma de caminar. - Varias veces Auron le había dicho que su sonrisa era mágica y que curaba todo malhumor y también le dijo que caminaba raro.

Cuando Auron terminó de cantar y soltó la guitarra, Luzu abrió sus brazos y lo abrazó con todo el amor.

-¿No era que te habías ido?

- No me fuí al final, la misión fue una mentira para que no sospecharan que estábamos planeando todo. - Auron sonrió en grande.

- ¿Así que llevaban tiempo planeandolo eh?

- Si, mucho. - Ambos estaban felices, uno, feliz por que todo estaba saliendo como estaba planeado y el otro, porque su "amigo" no se iba. - Tardé mucho en pedírtelo sólo porque tenía que planearlo bien. - Auron se separó un poco de Luzu, para poder mirarlo bien y poder sacar ese regalo. Sacó una cajita bastante pequeña y hincó en una rodilla. - ¿Luzu, Quieres ser mi novio? - Dijo mientras abría la cajita y mostraba un anillo con un lobito tallado. Luzu se tapó la boca por la belleza del anillo y del chico.

- ¡Si, Auron, si! - Dijo Luzu con una felicidad absoluta, mientras se lanzaba a abrazar a Auron.

Ambos se besaron con ternura y torpeza. Algo sonó con fuerza, se separaron y Auron hizo puntitas para poner su brazo sobre los hombros de Luzu, que soltó una pequeña risa. Se fueron la vuelta y miraron los fuegos artificiales que habían planeado los chicos junto a Auron.

luzuplay weekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora