My Hellish Paradise🔥

5) Una caja de sorpresas

Dos días habían transcurrido luego de aquel encuentro en el baño. La mente de Yoongi daba vueltas y se debatía entre ser descarado y volver a presentarse en la galería para buscarlo o esperar su ángel volviera a él.

Eran las siete de la noche y había investigado en la página web de la galería que su horario de cierre era a las 8.

- Que debo hacer holy?

Su perrito lo observó desde el sillón en el cual se encontraba descansando sin entender muy bien lo que decía su dueño.

- El que no arriesga no gana.

Se dijo así mismo y tomo sus llaves junto a su teléfono para salir de la casa.

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Jimin se encontraba solo en su amada galería, era su lugar favorito para pasar tiempo cuando los fantasmas del pasado lo torturaba.

Había pasado horas encerrado entre papeles y trabajo para no pensar. Necesitaba un poco de distracción después de tanto y eso lo llevaba a pensar en su nueva tentación.

No lo había vuelto a ver desde la fiesta y no porque no pudiera, de hecho tenía los contactos correctos para saber todo sobre él pero se había limitado a dejarlo pasar por ahora ya que no estaba seguro de la confusión que le causaba.

Pero el destino es incierto y las cosas pasan cuando tienen que pasar.

En la puerta principal se encontraba Min Yoongi cuando se dió cuenta que el lugar parecía cerrado pero había luz adentro. Por lo tanto se limito a llamar por el telecomunicador.

- Hola? Ahí alguien ahí?

Lo que Park veía a través de la cámara no lo podía creer, su chico encantador estaba allí. Comenzaba a pensar que tal vez lo habría llamado con el pensamiento. Esa idea lo hizo reír en voz alta.

- Pero mira nada más, mi juguetito ha venido solito hasta mi. - se dijo así mismo.

Mientras tanto Yoongi comenzaba a desanimarse pensando que realmente no había nadie, cuando pudo ver como alguien se acercaba a abrir la puerta.

Entonces lo vio su chico rubio caminaba con mucha soltura hacia él, parecía un modelo con esa camisa blanca y pantalones de vestir. Se veía jodidamente perfecto.

- Pero miren nada más lo que trajo el viento - le dijo al abril la puerta.

- Buenas noches encantó, lamento si soy inoportuno pero no lograba sacarte de mi mente.

A Jimin le sorprendió que sea tan directo, pero vamos ambos ya habían compartido dos momentos muy placenteros no andarían con vueltas.

- Que puedo decirte cielito, suelo causar ese efecto. - le sonrió al pelinegro - Quieres pasar?

- Me encantaría.

Ambos se dirigieron a la oficina de Jimin que se encontraba en el segundo piso.

- Pasa cariño, algo para beber?
- Un whisky estaría bien.
- Vaya vaya curiosa elección.
- Soy una caja de sorpresas, cariño - enfatizó el chico en su última palabra.

Era curioso ante los ojos de Jimin ese hombre, él podía tener en la palma de su mano a quien quisiera y con facilidad podía leer lo que las personas eran.