Amor Innegable

Lluvia

3 años 5 meses antes

—¿Por que me trajiste hasta aquí?
—Por que tengo que decirte algo importante
—¿Y era tan necesario traerme al lago?
—Si.
Me senté a la orilla del muelle y le indiqué que hiciera lo mismo.
Lo hizo sin entusiasmo y con esa poca energía que tenía cuando estaba conmigo estos últimos meses.
—Sé que se van mañana y antes tengo que confesarte algo que e guardado por algunos meses
—Oye, voy a volver y además podemos hacer videollamadas o esas cosas para mantener la comunicación — dijo tocando mi hombro.
—lo sé es solo que — suspire — no es lo mismo, tú no vas a estar aquí.
El miro el reloj en su muñeca.
—Oye ya casi va a empezar mi partido, puedes decirme ya.
Voltee a mirarlo, él me observaba fijamente.
Su rubio cabello en medio de la brisa se veía hermoso, una mitad de su rostro estaba perfectamente iluminada por el sol y sus ojos, maldita sea. Esos ojos azules que tanto amaba ver.
Su blanca piel y sus carnosos labios eran un factor principal para no apartar la mirada de él.
"Es perfecto" - pensé.
Trague duro, todo mi cuerpo se tensó, mis manos empezaron a sudar; estaba experimentando un nuevo nivel de nerviosismo.
Tome todo el valor que había dentro de mi.
— Yo, yo soy gay y tú me gustas Cristobal.

Luego de unos segundo que me parecíeron una eternidad frunció el ceño y habló:
—Mis amigos tenían razón, eres un marica, olvida lo que te dije no me busques nunca más, olvida que alguna vez fuimos mejores amigos y elimina esa esperanza de que yo tenga una relación contigo; eso nunca pasará. Me da asco pensar que llame hermano a un puto como tú — dijo con odio en su voz, un odio que nunca había escuchado en el.

Rápidamente se levantó, camino por el muelle, tomo su bicicleta y se marchó.

Me quede ahí sentado, sintiendo las lagrimas caer por mis mejillas, pude escuchar a mi corazón latir lento y romperse.
Fue algo inesperado es decir no creí que tendría esta reacción; sus padres; amigos de mi mamá, les enseñaron a él y a sus hermanos a no juzgar a nadie y respetar a todos por igual. Creo que a Cristobal no le importaron esas palabras.
Pensé que podía tener una oportunidad, pensé que él podía por lo menos aceptarme por lo que era, y al menos seguir siendo mejores amigos pero no fue así.

Ahora se que era mejor que el se fuera a Francia sin saber lo que yo sentía, quizás nunca debí decírselo.

Logre calmar un poco mis lagrimas y la lluvia empezó a caer. Tome mi bicicleta y empecé el camino de retorno a mi casa.
Las gotas me mojaron por completo en muy poco tiempo por lo grandes que eran.
Me sentía totalmente destruido como nunca había estado.
Mi mente era un desastre, las gotas en mis lentes me impedían la vista y tuve que detenerme para quitármelos.
Todo se estaba cayendo lentamente en mi imaginación, mi corazón estaba totalmente contraído, todas esas imágenes de él y yo juntos empezaban a desaparecer. Incluso los recuerdos se tornaban tristes.
Una amistad de toda la vida había terminado por alguien que pensó que podía llegar a ser algo más.
"Qué estupido eres Emiliano".