Capitulo 1

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3 años y 6 meses después

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3 años y 6 meses después

El fuerte sonido de mi despertador me hizo levantarme rápidamente de mi profundo sueño para apagar el estupido artefacto. Era la mañana del regreso a clases, comenzando el nuevo año. Después de las fiestas de sembrinas era el momento de regresar a la escuela para terminar el año escolar.

Con un esfuerzo casi sobrehumano pude salir de mi cómoda cama para ir al baño, no sin antes poner un poco de música para empezar bien el día.

Las vacaciones habían resultado bastante divertidas, saliendo con los chicos a nadar, al parque o a tomar un café a la cafetería de la mamá de Kike y pasando tiempo con mi familia y la señora Fantin. 

Jale la cadena luego de terminar de hacer mis necesidades para después sentir el agua caliente en mis manos y en mi cara.
Me cepille los dientes y salí del baño.

He got my heartbeat
Skipping down 16th avenue
Got that, oh, i mean
Wanna see what's under that attitude like
I want you, bless my soul
And i ain't gotta tell him, i think he knows
I think he knows

Sin querer mi cuerpo comenzó a moverse debido al ritmo tan genial de la canción. Me deslicé hasta mi closet y saqué ese uniforme que ya parecía una segunda piel para mi. La preparatoria nos obligaba a usarlo cada día de clases, así que el color vino está un poco desgastado pero se ve aún presentable.
Me dispuse a colocarme frente al espejo al lado de mi closet para peinarme. Era casi increíble que hace unos años estába terminando la secundaria y ahora estoy aquí a punto de empezar mi cuarto semestre.

Inmediatamente me llegó un flashback de ese momento al comienzo del verano, ese momento tan triste en mi vida, donde llovía mucho y no precisamente en el ambiente sino dentro de mi; todo era como un tsunami de emociones.
Rápidamente sacudí mi cabeza, rebuscando entre mis pensamientos uno que no me hiciera sentir triste como antes. El peine se deslizaba suavemente por mi cabello oscuro hasta que pudo bajar los gallos en él y dejarlo bien peinado.
Hey! Emiliano deberías de bajar ya si no quieres llegar tarde otra vez, o bueno. Cómo siempre. —gritó con sarcasmo la voz inconfundible de mi hermana.
Giré mi cabeza hacia el despertador sobre la mesita de noche: 6:55 AM.

No otra vez —susurre.
El timbre de entrada sonaba a las 7:00 AM en punto y nunca fallaba, corrí hasta mi closet y abrí el cajón de abajo donde colocó los zapatos. Busque los que recién limpie y pinte ayer. Me los puse junto con los calcetines de cuadros azules que saqué del cajón de al lado.
El olor increíble de mi perfume empezó a llenar mi olfato luego de presionar el dispensador, no sabría cómo describirlo, simplemente un olor ni tan dulce ni tan más bien era fresco y elegante para mi gusto.
Tome mi mochila, donde solo coloque una libreta de cuadros y una de rayas; después de todo solo es el primer día.
Baje las escaleras con tanta rapidez que no pude ver mis pies por un momento. Me fui a la cocina pasando por la sala donde en uno de los sillones estaba mi hermana totalmente arreglada y lista para irse.
Malditasea como le da tiempo hasta de maquillarse y hacerlo tan bien —pensé.
Abriendo el frasco de la mermelada escuche llegar la camioneta de mi amigo Alonso.
Deslice la mermelada sobre el pan tostado y me lo puse en la boca.
Camine hasta la sala donde con una señal le indique a mi hermana que nos era hora de irnos, en ese momento una voz llamo nuestra atención.
Estaban pensando irse sin darme un beso —pronunció mi mamá desde el final de las escaleras, con sus manos en la cintura pareciendo algo molesta.
claro que no mami, es solo que ya es tarde — dije acercándome para besarla en la mejilla, Aranza hizo lo mismo después.
Mi mamá observó su reloj y abrió la boca con gran sorpresa.
Dios mío son casi las 7:10, váyanse ya rápido — dijo empujándonos hacia la puerta.
Corrimos a la camioneta blanca de mi amigo y nos subimos en los asientos de atrás donde estaba Manuel junto con Leo.
—¿oigan llegar tarde va a ser todos los días este semestre también? — pregunto Alonso con una sonrisa en su boca.
Así parece — respondí.
El arrancó y empezamos el camino hacia la escuela.
Oye te quedó increíble el delineado — dijo mi amigo abriendo grande los ojos cuando vio a Aranza.
oh muchas gracias Manu — respondió Aranza abrazándolo por el cuello.
a mi no me piensan hablar o qué — protesto enojado Kike desde el asiento del copiloto.
Hola Kike buenos días ¿cómo estás? — dije con ternura pegándome a los asientos de enfrente para poder verlo.
Dios, cada vez que apareces así; tan bien peinado y limpio pareces un ángel. — dijo pareciendo estar hipnotizado.
Rodee los ojos, me aleje y me senté cómodamente para no sufrir un golpe por la velocidad a la que iba la camioneta.
Al llegar en el estacionamiento ya no había ningún alumno afuera.  Para nuestra fortuna no demoramos tanto en encontrar un lugar para estacionar la camioneta, bajamos corriendo. Eran las 7:20 tomando en cuenta que hoy harían primero una bienvenida antes de empezar las clases no estamos tan tarde.
— ¿Estamos juntos todos por lo menos en la primera clase? — pregunto Alonso
si, es Biología — respondió Leo guardando su celular en el bolsillo de su pantalón.
Empezamos a correr hacia el salón que estaba cerca de la cafetería donde pude ver la silueta de una mujer que aunque estaba de espaldas yo reconocía.
Nicole, ¿que hace aquí? — pensé.
Seguí corriendo detrás de los chicos, que empezaron a tocar la puerta al maestro para que los dejara pasar.
Entonces la puerta se abrió.

Narrador omnisciente
El profesor estaba pasando lista cuando uno de los jóvenes del grupo abrió la puerta, la luz del sol se filtró en el aula y junto a ella los amigos de Emiliano.

Empezando por Leo, Manuel, seguidos por Enrique, detrás de ellos entraron Aranza y Alonso que causaron que todo el salón volteara a verlos. Y al último; cuando la puerta estaba por cerrarse entro Emiliano.
Qué acaparó todas las miradas que ya estaban sobre la entrada del salón. Pero la que importaba no era ninguna otra, más que la de Cristobal que estaba ahí sentado junto a Emma en una de las bancas, Cristobal el chico que había causado como un huracán de emociones para Emiliano, ambos estaban tan sorprendidos y abrumados con lo que estaban viendo. Desde Aranza con su larga cabellera negra y su hermoso rostro y cuerpo.
Hasta Emiliano al que Cristobal veía cómo en cámara lenta, su cabello se movía por el movimiento de su cuerpo, su hermosa sonrisa al ver que sus amigos le estaban guardando un lugar. Y sus ojos que él no recordaba tan bonitos y brillantes.
Los mellizos Fantin no dejaban de observarlos preguntándose si de verdad esos jóvenes que estaban ahí sentados eran los que alguna vez en su infancia y preadolescencia habían llamado 'hermanos'.
La intriga los estaba consumiendo hasta que el profesor habló.
— ¿Ya está aquí Aranza y Emiliano Ballesteros?

Aranza levantó su mano — si, estamos aquí — dijo con Emiliano alzando la suya detrás de ella.
Esa fue la confirmación, eran ellos. Luego de tres largos años los estaban viendo y era tan mágico lo que sentían que todo se sentía irreal.

Estaba por terminar la clase, Aranza observando fijamente al pizarrón sintió una mirada. Buscándola entre todos sus compañeros; se topó con esos ojos azules que había visto más pequeños la última vez; era Emma que estaba sentada al lado de Cristobal, los ojos se le llenaron un poco de lágrimas y se le formó un nudo en la garganta. Se sintió estupida por no reconocerlos antes; ellos eran las únicas dos personas que no traían el uniforme escolar.
La saludo con una sonrisa, en su mejilla caía una lagrima, de alegria, de nostalgia y de muchos otros sentimientos encontrados y fucionamos en ese momento. Por su parte Emma también se sintió nostálgica e inevitablemente soltó una lágrima contenida, después de recordar todos esos momentos que ellas pasaron juntas.
Emiliano notó que su hermana veía fijamente en una dirección, cuando giró su cabeza a ese lugar y vio lo que Aranza estaba viendo; se arrepintió inmediatamente de haberlo hecho.
Pudo ver a Emma limpiándose las lágrimas e inevitablemente sintió ganas de correr a abrazarla, pero también pudo ver a Cristobal que gracias al cielo no estaba viendo en su dirección. En ese instante el mundo para Emiliano comenzó a colapsar.
¿Por qué están aquí? ¿Por qué están en nuestra clase? ¿Como es que regresaron en este momento? ¿Por qué regresaron ahora? Eran algunas preguntas qué Emiliano se hacía. Pero la más conflictiva de todas era: ¿que voy a hacer?
El timbre anunciando el fin de las clases sonó.
Los chicos empezaron a guardar sus cosas y algunos otros empezaron a salir del salón junto con el maestro.
No se dio cuenta en qué momento sus amigos desaparecieron del salón. Emma corrió rápidamente hacia el asiento de Aranza, quien la estaba esperando con los brazos abiertos para fundirse en un emotivo abrazo.
Emiliano se limitó a guardar sus cosas en su mochila. No quería por nada del mundo volver a ver a Cristobal, no ahora, no así.
Lo tomo por sorpresa el abrazo de Emma.
Emiliano, que alto estás — dijo separando su cara de el pecho de Emiliano — o Dios mío mira esos ojos — Emma no paraba de observar cada parte de su cara. Y Emiliano también observaba la de ella, sus igualmente hermosos ojos azules, su cabello rubio oscuro peinado en una coleta hacia atrás, su maquillaje bastante natural. No había duda; ella nunca dejaría de ser hermosa.
hey Aranza — dijo Cristobal tocando un hombro de la pelinegra. Ella giró y lo abrazó por su cuello. Tuvo que pararse de puntitas para alcanzarlo, había crecido mucho más.
Emiliano se separó de Emma lentamente. Para luego tomar su mochila y colocarla sobre su espalda.
Frente a él se colocó una figura masculina que no necesitaba ver para saber de quien se trataba.
Hola — dijo con simpleza y nerviosismo Cristobal
emm — hola — respondió Emiliano ajustando las cintas que sostenían su mochila.
Es genial verte de nuevo
— Si es bueno que estén aquí — respondió Emiliano con los ojos fijos en una ventana del salón para evitar verlo a la cara y sonriendo falsamente.
Cristobal se acercó a Emiliano para abrazarlo pero este retrocedió rápidamente luego de captar sus intenciones.
El rubio sintió en el corazón como una puñalada inesperada.
Emiliano llegaremos tarde a clase de español, vámonos ya — se escuchó gritar a Manuel parado al lado de la puerta.
Emiliano empezó a caminar hacia la puerta — Es genial que estén de vuelta, espero y tengan un lindo día — dijo mirándolos sobre su hombro para después salir del aula. Y aunque Emma no le tomo importancia al comentario;por qué no había puesto atención por estar platicando con Aranza a Cristobal le pareció bastante frío y cortante. No era el Emiliano que conocía y su corazón roto ahora lo sabía.

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