Saliva y sudor ↝ Yoonmin, omegaverse.

[04]

Yoongi coló su mano por dentro del bóxer del menor, y acarició lento su cálido glúteo, quien, al sentir que presionaba las yemas de sus dedos sobre su blanda piel, gimió dentro del beso con satisfacción.

El mayor le siguió besando y jaló su larga playera hacia arriba, separándose de su boca para quitársela con una sola mano. Jimin alzando con apuro sus brazos y bajándolos al abdomen del mayor, mirándole con necesidad y asfixio.

Yoongi soltó un bajo suspiro ante la imagen frente a él, sintiendo un claro palpito en su entrepierna que ya dolía quizás hasta más que el mismísimo vientre fértil del rubio.

Jimin, se relamía los labios con un potente sonrojo, su lechosa piel perlada en sudor y su cabello desordenado por el reciente pase de la prenda. Y aún más satisfactorio fue, cuando Min acercó un par de dedos a su entrada. Provocando que el pequeño omega reaccionara al instante cerrando sus ojos y echando la cabeza hacia atrás junto con sus amarillentas orejas pequeñas, arqueando aún más su espalda.

-Oh~ Hyung... -tembló y Yoongi suspiró por sus palabras, encajando un par de dedos sobre su piel, sin introducirlos aún. La humedad del menor, le hizo apretar los dientes y jalar su mano fuera de la prenda, con lentitud, sin separar su dedo índice y medio de su cuerpo.

Fue así, que Yoongi hizo un trazo por su abdomen, por su pecho, y por su cuello, dejando una húmeda línea producto del mismo lubricante que el menor soltaba. Era suave, brillante y cálido.

Le admiró cada superficie de su piel, su curveada cintura, su plano abdomen moviéndose por el sensible toque, su pecho, adornado con dos botones rosados, sus clavículas resaltantes y su cuello delgado. No fue hasta que subió hasta sus labios, que le miró a los ojos.

Jimin le veía con atención, guardando el cómo su Hyung le miraba a detalle cada célula de su ser. Yoongi sostuvo sus dedos sobre el labio del menor y se miraron fijamente con un intercambio de misma necesidad.

-Lobo Hyung... -susurró Jimin con timidez y coquetería. Presionando sus labios sobre los dígitos del mayor.

-¿Sí, Minnie? -su ronca voz le hizo suspirar. Y movió inconscientemente su negra cola azotándola sobre el colchón, le gustaban sus suspiros. La respuesta le tardó en llegar.

-¿Yo te gusto? -susurró apenas audible.

-Ya te he dicho que sí -murmuró obvio tratando de no perderse en sus rojizos labios.

-Entonces tómame... -suplicó y provocó, sacando su lengua y dando una lamida a toda la extensión de sus dedos, saboreando de su propio ser.

El lobo interno de Yoongi arañó y gruñó sintiendo sus colmillos crecer. Jimin gimió ante su peligrosa expresión y le tomó de la playera cuando el alfa le empujó hacia atrás, ambos levantándose del sillón.

Jimin le jaló de la prenda para atraerlo a sí pero fue Yoongi el que dio el último empujón al rubio hasta hacerlo chocar contra la pared, tomando sus caderas con excesiva fuerza, tanto, que rozaba en el dolor. Su jadeo se ahogó en cuanto le poseyó la boca con desesperación.

Tomó el borde de su playera y la jaló hacia arriba retirándola en menos de un segundo. Jimin se paraba de puntitas para lograr alcanzar la boca del contrario, y se sonrojó al desabotonar y bajar el cierre del suave pantalón. Con todo el dolor del mundo, se separó de sus labios y bajó a su estatura normal mirándole aún acorralado contra el muro. Y tembló al ver a un sediento Yoongi con la respiración pesada, mirada obscura y filosos colmillos tras esos húmedos belfos hinchados.

Pareciera que fuese capaz de comérselo entero, allí mismo, en ese preciso momento, entre besos y caricias.

Jimin fue bajando deslizándose por la pared, tocando su pecho y abdomen hasta llegar al borde del pantalón, mirándole hacia arriba con enormes ojos provocativos, sus doradas orejas alzadas y puntiagudas.